LA AZOTEA
GOBIERNO PITIMINÍ
5 de Junio 2021
Creo
que el espectáculo de idiocia colectiva de este llamado Gobierno de España no
tiene parangón en el occidente democrático. Ni seguramente en nuestra Historia
del pasado siglo no exenta de anomalías del pensamiento; ni del presente que ya
parecía encarrilarse por la senda de la convivencia pacífica y razonable de
amor a la libertad. Y no es cuestión de broma macabra ni de prejuicio
ideológico. Aunque ciertamente la ideología, y la devoción a cualquiera de sus
ramas doctrinales, nubla mucho o demasiado el juicio recto a la hora de
calificar las banalidades casi siempre perversas de esta manada de sicópatas
del poder o cuando menos irresponsables con poder y mando.
Se
habla de un posible cambio en el Gobierno que incluso reduzca el a todas luces
abusivo número de titulares. Desde luego son filtraciones interesadas para que
el gentío aprecie la sensibilidad inacabable del sanchismo, siempre atento a
las necesidades de una gobernanza perceptible. Pues seguramente lo hará.
Desde el abandono en fracaso personal especialmente llamativo de ese bufón
zarrapastroso, incluso para el comunismo, llamado Iglesias o algo así, hay como
una corriente de desconfianza hacia el sanchismo por si decidiera – para mejor
y más durar- desembarazarse de ese batallón de vanguardia, camaradas llegados
nada menos que al Gobierno de España, miembro de la UE y de la OTAN, regido por
una Constitución casposa que contempla una Nación brutalmente unida por ese
franquismo estructural que los desalojó del poder ahora hace 82 largos años.
Pues
miren, los compañeros comunistas desembarcados en el Gobierno no son modelo
para nada, ni para nadie. Ya ven, para que Yolanda Diaz parezca un preciado
bien de Estado es de temer el resto de la tropa. Es verdad cuentan con el
otrora brillantísimo sociólogo marxista Castells, cuyo curriculum no tiene
parangón en el grupo político de procedencia. Seguramente su avanzada edad o la
soberbia del afamado intelectual al verse rodeado de tuercebotas y rigiendo un
Ministerio cuyas competencias están en las CCAA, le hacen aparecer como un
pescado podrido más, en una cesta ya apestada. Desde luego no es para menos
porque descenderíamos a la indignidad de realizar referencia alguna a la payasa
inclusiva e insufrible Irene Montero o al anodino vividor Garzón.
Y
los numerosos sanchistas con asiento y nómina en el Consejo de Ministros, mejor
no recorrerlos. Mis favoritos en el espectáculo, desde luego y por este orden,
Calvo, Ábalos y Chiqui Montero. Una y otra, muy conocidas en Andalucía y no
precisamente por la brillantez intelectual ni la eficiencia en la gestión.
Calvo ocupará la atención de comentaristas amantes del polichinela y la crónica
social, pero terminará avergonzando la Universidad de procedencia. Y Chiqui,
hábil en la verborrea y en consecuencia útil para la portavocía de un Gobierno tenaz
en el engaño y peligroso para la libertad, la unidad y la continuidad de la
Nación en su debido progreso democrático; su falta de preparación específica resulta
especialmente llamativa, como llamativa resultó en el lodazal andaluz, del que tendría
mucho que contar. Jamás en estos cuarenta años, ni en los de Franco, ni los
doce Ministros de Hacienda habidos en la República, resultan comparables al vacío
de conocimientos hacendísticos de esta dama y el desparpajo en demostrarlo. De los
demás – Calviño debe compartir el desaguisado para seguir ahí - el tiempo hará justicia
y enseñanza para otras generaciones, de cómo la democracia en un mundo
globalizado requiere el rigor técnico de un Gobierno que represente lo mejor
entre los mejores. Este, no pasa de un grupo de aventureros sin más horizonte
que el poder a cualquier precio.
Y
claro, el problema es Sánchez y solo él. Acabó con la socialdemocracia, para
vergüenza de tantos de aquellos que guardan silencio cobarde y cómplice, y
acabará con la democracia, la Monarquía y la Constitución de 1978. Y ello
traerá pobreza, desprestigio internacional y autoritarismo. Llegó al poder de
la mano de filoetarras, independentistas de distintas mareas y comunistas chavistas
del nuevo Socialismo del siglo XXI. Es decir, lo peor de las teorías y
de las formas políticas vigentes. La nueva fechoría del indulto a los delincuentes
catalanistas que se prepara y la entrega de las prisiones y en consecuencia la
libertad de delincuentes asesinos etarras, a los depravados mercantilistas del
PNV, es cruzar las líneas rojas de lo tolerable en un sistema democrático. Solo
queda el asalto al Poder judicial al que acusan de facherío contrario a su
revolución pendiente. Es un Gobierno profundamente reaccionario y seguramente
pitiminí, pero sin duda se ha convertido en el mayor peligro para la democracia
española y el sueño europeo. Es lo que hay.
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