Este artículo será publicado en el Diario ULTIMA HORA de Palma
DE BREDA A AJURIANEA
Julián Delgado.Escritor
15 de Mayo 2021
En
1625, Felipe IV envió a Spínola, al mando de un fuerte contingente militar,
para recuperar Breda, ocupada por los neerlandeses al mando de Mauricio de
Nassau, de la casa de Orange. La defensa de la plaza fue heroica, pero, tras un
implacable asedio, tuvo que rendirse. Spínola reconoció la valentía de los vencidos
y permitió su salida desfilando con sus banderas al frente. Nassau, al entregar
la llave de la ciudad, hizo ademán de arrodillarse, lo cual fue impedido por su
vencedor; momento que eligió Velázquez para inmortalizarlo.
La entrega de las llaves de
las prisiones vascas al lendakari por el ministro del Reino, Iceta, fue también
un acto de rendición con bisagrazo incluido por parte de un ministro reverente,
como Nassau, sin que su vencedor intentara evitarla, como Spínola. Fue la
entrega de las llaves de nuestra dignidad, que deja el camino expedito a la
impunidad, las llaves de la traición a las víctimas de ETA y a los valores que
los españoles defendieron. La sociedad resistió heroicamente durante muchos
años el fuego vil de los terroristas, el asedio asesino de la banda, que costó poco menos de mil muertos, cientos de
heridos, varios secuestrados, miles de amenazados y extorsionados y doscientos
mil exiliados vascos que se refugiaron en el resto de España.
La Rendición de Ajuria Enea
abre paso a que, en poco tiempo, los asesinos de tantos inocentes, mucho antes
de finalizar su condena, puedan, como en Breda, salir de la prisión con todos
los honores, con sus banderas al viento. Recibirán de los suyos fervorosos
homenajes, celebrarán su libertad tomando chiquitos con la peña por las herriko
tabernas, recordando, festivamente, sus fechorías. Mientras, a las víctimas se
les entierran sus recuerdos, se ofende su dignidad y la Justicia queda burlada.
Este es el último capítulo de la
tragicomedia pactada por Zapatero en las negociaciones sobre el cese de la
violencia, que todos los presidentes que le han sucedido, incluido Rajoy, han
seguido con exactitud. Este acto de entrega constituye la conclusión de la
normalización política de los sucesores de ETA, que se complementa con el
profundo dolor del presidente por el suicidio en prisión de un terrorista y la
elección de Bildu como socio y actor en la dirección del país. Se paga con el
apoyo a los presupuestos y el sostenimiento del Gobierno. Insufrible.
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