LA
AZOTEA
POPULISMO AUTORITARIO AL SUR
4 de Febrero 2021
Sin
duda es azote de la humanidad, y de Europa. Y como seres humanos, como
ciudadanos, cada vez nos encontramos más desorientados, perplejos y temerosos
ante esta pandemia tenebrosa. Son demasiados muertos y demasiado sufrimiento
colectivo e individual, pero simultáneos, y eso produce un sentimiento nuevo de
miedo compartido, ante un futuro incierto y distinto. A los mayores porque les
atosiga sobrevivir un último tramo vacío y estúpido al que vigila una muerte
invisible pero apremiante al descuido. Los jóvenes porque ven disipar unas
certezas heredadas y ya formando parte de una herencia de generaciones.
Y claro, nuestros
espacios de convivencia se estructuran sobre sistemas debilitados por la acción
constante de laminación de valores y principios, y se resienten, y se invalidan
para hacer frente a un mundo que continúa en otras y pujantes coordenadas. El
desplome de las sociedades grasientas de occidente apenas opone criterios a las
que esperan turno más allá de sus límites, con fuerza arrolladora en número,
creencias y fortaleza de los principios que las sostienen. Y ya ven, cómo van
sometiéndose una tras otra al liderazgo imparable de China, que terminará con
su capitalismo salvaje y su totalitarismo insufrible, dictando nuevas reglas para
regir la economía y sus intercambios, la organización social y la convivencia
política. No se si será la cumbre de Davos en Singapur de mayo, pero lo parece,
el inicio de la pleitesía de los Estados Unidos y Europa hacia el gigante
chino.
Miren, todo esto nos
interesa y mucho. Ahora, el ya veremos si demócrata Biden no hizo otra cosa que
desmantelar de forma sistemática y casi compulsiva los mandatos ejecutivos de
su antecesor en la Presidencia. Es verdad que Trump ha sido una pesadilla, un
mal sueño de intolerancia, histrionismo hortera, con toscos y hasta
desagradables gestos, rozando el autoritarismo. Todo inmerso en un grosero
populismo. Su final en la Casa Blanca y el asalto al Capitolio, modelo
pernicioso para una Nación hasta Obama, líder mundial indiscutible de la
democracia en libertad. Pero el lema trumpista “América primero” ya indicaba una
dirección que seguramente perdurará durante el periodo Harris/Biden. Ojalá el
sistema de contrapoderes y contrapesos del sistema no oscurezcan también la
etapa de economía brillante y exitosa del bufon anterior, dificultando
la salida de la terrible crisis económica y social del covid19 que atenaza la
mayor parte de Occidente.
Y
digo esto porque el panorama europeo no presenta mejores perspectivas, aunque
de signo distinto. Parece que el populismo- ese paternalismo concentrado con
tendencia al totalitarismo - de nuevo llega y quizá para quedarse hasta nuevo
cambio de época. Las Instituciones de la UE producen escalofrío de
incompetencia e irrelevancia. Ahí tienen a la que parecía ejemplar Presidenta
de la Comisión Von Derleyen, de uñas con casi todos los dirigentes de los 27 por
el caos de las vacunas, convertido en asunto de ejemplar torpeza e insignificancia.
Y hasta el inteligente Borrell, Alto Representante de la Unión para los Asuntos
Exteriores, regañando al ex KGB Putin, demócrata que acostumbra a eliminar
opositores como Navalni a base de veneno letal; es lo que tiene el trato, pero
quizá debería reflexionar – como más urgente y peligroso - sobre el proceso de
autoritarismo populista que se ha instalado en su propio País, en manos de una
banda organizada de comunistas pertenecientes a la ultima cepa del populismo bolivariano.
Ya
digo, en España, donde el Estado residual funciona por inercia, está triunfando
el populismo podemita, esa mezcla explosiva de Lenin/Stalin, Gramsci, Chàvez y
Castro, protegidos por una capa de pretendida respetabilidad sanchista, sin más
contenido real que el afán desmedido de poder, el autoritarismo en efluvio
imparable y la mezcla corrosiva pero eficaz que desdibuja la línea democrática que
separa el mando del gobierno y la administración. Ahí tienen las emanaciones
grotescas de legislación antisocial del Ministerio de Igualdad, inédita en sistemas
democráticos; o el caos de las Comunidades Autónomas; o la que viene de
Cataluña una vez instalada la pulsión independentista ya mayoritaria; o el
agobiante adoctrinamiento de la TV estatal y el señalamiento continuo del
periodismo libre y crítico con el sanchismocomunismo. Y para que referir el
derribo de lo que queda de Constitución, incluida la Monarquía. A esta Europa
del Sur ya llegó el populismo autoritario, para quedarse. Pues eso.
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