LA AZOTEA
REFLEXIONES DE UN CONFINADO
(y III)
5 de Abril 2020
Pues seguimos en
confinamiento que parece no tener fin, en este caso seguramente por nuestro
bien. Los siguientes que se preparan, lo mismo por el bien de la coalición
dirigida por Iglesias y representada en TV por Sánchez. Y claro, para la
mayoría que no entendemos de virus y mucho menos de su propagación y control
como el sabio Simón, nos reconforta saber que hay quien cuida de nosotros y
quien analiza la situación desde cualquiera de sus múltiples ángulos o nos recuerda
teorías tan interesantes como esa de la TV italiana de hace cinco años,
acusando ya a China de investigar y manipular un virus que de propagarse sería trágico
para la Humanidad.
¿Y se ha cumplido la previsión
acusatoria? Desde luego las cifras de afectados y fallecidos, en términos
comparativos con otras naciones, en relación con las magnitudes de población
respectivas, son muy llamativas. Y claro, se sabe que controlar una población
desde la tiranía no es igual que desde las democracias. En cualquier caso, resulta
imposible olvidar que seguimos en guerra de bloques y uno de ellos continúa
instalado en el paraíso totalitario comunista, aunque usando el más rabioso
capitalismo que hasta Trump, representaba la bandera del modelo de vida en libertad
propio del liberalismo democrático.
De manera que para los supervivientes de esta
dramática pandemia se presenta un panorama muy diferente en sus movimientos
profundos, al vivido y gozado en los últimos setenta años de desarrollo,
bienestar y progreso sin fin. No solo por el crac económico esperable en los
países desarrollados debido a la paralización, que superarán seguro, aunque sea
lentamente gracias a la mucha ciencia, tecnología y riqueza acumuladas. Pero el
bache, resultará de difícil digestión tanto en Africa como en muchos países de
América, si descaradamente se extiende como en Europa. Allí donde se acumule en
mezcla explosiva población y pobreza, cuando no miseria o el liderazgo de
miserables progresistas como López Obrador.
Ya digo, la pandemia siembra desconcierto; desequilibrio
de los intercambios; paralización del comercio internacional; desprecio a la
globalización; reforzamiento de los nacionalismos; piratería entre naciones
aliadas; desconfianza y recelos y el casi desmoronamiento de la UE, por esa
línea cada vez más gruesa entre norte y sur. Y eso sin mencionar si el llamado
Estado de bienestar, tan desarrollado en la Europa de la posguerra, será capaz
de sobrevivir a una época de recursos muy limitados y necesidades crecientes,
casi ilimitadas.
¿Y aquí? Pues en proceso acelerado hacia una
situación prerrevolucionaria, descrita hace muchos años por Durkein, Max
Scheler o Merton. La debilidad del Estado ha sido aprovechada por el
nacionalismo de variado signo, desde el corrupto catalán al sabiniano vasco,
quedando a la espera de su apuntillamiento, seguido de despiece. Ahora el
Estado se muestra agónico y se le socaba desde dentro, por sus propios
guardianes que no pasan de vulgar pandilla de activistas. Es verdad que
divididos en dos bandos. Los que solo buscan el poder y su mantenimiento, sin
necesidad de complicaciones ideológicas; sanchismo puro autocalificado de progresista.
Y los que instalados en las entrañas del sistema y desde el resentimiento que
engloba odio, envidia y hostilidad impotente, buscan la rebelión social para en
proceso posterior, impulsar un vasto depósito de descontentos, despechados,
resentidos y angustiados – la pandemia dejará un muestrario variado- para pasar
a la acción política organizada. Es comunismo puro, zapaterismo chavista,
podemismo bolivariano conducido por un iluminado violento y machista como
Iglesias, apoyado por un sector acomodado de la burguesía en idiocia colectiva,
medios de comunicación masivos, parte del gran capital y sectores de la Iglesia.
Ambos bandos de igual peligrosidad social, y aun
siendo enemigos irreconciliables y manteniendo una desconfianza mutua de raíces
claramente sicopáticas, constituyen el mayor peligro del sistema desde la
finalización de la guerra civil. Ambos coinciden en la necesidad de cambiarlo,
pero mientras el sanchismo cree poder consolidar su poder de forma duradera,
incluso dominando el podemismo, el comunismo casposo de Iglesias pretende instalar
su utopía imposible, a costa de la libertad y la dignidad de la Nación. Y en esta
nueva Transición están también subidos, aprovechando el momento único para
formalizar sus odiosas pretensiones los independentistas, tan temerarios como
sus aliados provisionales.
Ya comenzó la Nueva Transición y no confíen, Europa
como Unión despierta del sueño imposible más allá del gran mercado y la moneda
única. Los datos comienzan a ser masivos en detrimento de los cuatro valores
superiores enumerados en el artículo 1,1 de la Constitución. Desde la presencia
de Iglesias en el CNI al engrasamiento financiero de la prensa adicta, casi
toda; desde la manipulación descarada y chavista de la TV o la Radio gubernamentales
– hasta Radio Clásica hace portavocía- a la propuesta de derogar los artículos
490,3, 491 y 543 del CP, es decir despenalizar las ofensas y ultrajes al Estado,
sus símbolos y emblemas o las calumnias e injurias al Rey. Y pronto llegará la
imposibilidad de la crítica o el pensamiento único a través de las Comisiones
de la Verdad y los Tribunales de Justicia Restaurativa. Y mientras, un Gobierno
de incapaces, cuando no de perjuros, traidores o antisistema, conducen a la
Nación a la pobreza y la disolución. En los Pactos de la Moncloa entre
patriotas, se salvaba la economía para salvar la democracia. Ahora se hunde economía
y democracia. g
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