Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 28 de julio de 2016

La Opinión de Julián Delgado.

Artículo que se publicará el próximo día 30 de Julio en el Diario “Última Hora” de Mallorca

RIVERA EN ALMAGRO
Julián Delgado. Escritor

   En las dos últimas elecciones, Ciudadanos fue visto como la cara aseada del PP, aunque sus líderes se esforzaran en exhibir diferencias ideológicas respecto a éste, pretendieran estar en el centro y presumieran de contar con lo mejor de la izquierda y lo mejor de la derecha. La realidad es que entre Cs y el PP no existe ninguna diferencia ideológica, ni siquiera estratégica, sólo táctica. Así pues, el partido de Rivera no ha venido a llenar ningún espacio político; más bien, ha servido de aldabonazo en la puerta de Génova para que aprendan la lección. Su menguante éxito en las dos pasadas elecciones generales estuvo propiciado por el desplazamiento de voto de antiguos votantes del PP, que veían en esos jóvenes lo que hubieran querido que fuera su partido: honesto, liberal, reformista y con clara determinación de defender la unidad de España.
   Pero el centro sólo existe en geometría; en política, quien pretende situarse en él, es fácil que caiga en el ridículo. Es lo que le ha ocurrido a Rivera, que ha llevado un devenir errático y anda enfangado en sus contradicciones: hoy soy socialdemócrata y pacto con el PSOE, mañana defiendo la libertad individual sobre la colectiva y apoyo al PP. Se ha movido en una irrelevancia doctrinal y una inmadurez política notables. Nos ha dado muestras de su descontrol emocional al coger rabietas por la ley electoral o por los diez votos fantasmas de los nacionalistas, que también a él beneficiaron. Rivera es inconsistente, voluble: ayer vetaba a Rajoy, hoy se abstiene; ¿le votará mañana? Aun sabiendo que tiene votos prestados del PP, se muestra favorable al PSOE, le gusta sentirse progresista y entra en pánico cuando le confunden con los juveniles del PP. Su último patinazo ha sido el intento de utilizar al Rey como su correveidile, en una mezcla de osadía, desatino y bisoñez.
   Rivera está abocado a la inmolación: si le da el sí a Rajoy, le hará más fuerte y le dará oportunidades de corregir sus pasados errores; si no se lo da, quedará como Cagancho en Almagro, torero que, en dicha localidad, salió de la plaza conducido por la Guardia Civil para evitar su linchamiento. A poco que el PP se enmiende, por la Guardia Civil para evitar su linchamiento. A poco que el PP se enmiende, Cs desaparecerá por el sumidero de la irrelevancia.


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