Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

lunes, 20 de junio de 2016

La Opinión de Javier Pipó

La Azotea 


CONSIDERANDO EL 26 J (y II)
20 de Junio de 2016



    No, para nada. Desde luego que estas elecciones no son como las anteriores, incluyendo las de marzo de 1979. Ni tienen el significado de la necesaria alternancia en el poder para completar la Transición. Si alguno tiene, sería en su caso, el empeño de casi media España por cambiar el régimen monárquico constitucional de 1978; la mayoría desde luego en ignorancia no tan angelical, por vivir una nueva utopía ni tan siquiera definida. Nadie se atrevería a especular hacia donde transitamos ahora, tras haber progresado como jamás en la Historia en cuanto a bienestar, libertades y dignidad nacional. Ahora nuestra transición es hacia el vacío, la inestabilidad, el autoritarismo y el malestar social a causa del decrecimiento. Pero tampoco necesitaría situarme en tiempo tan lejano. Ni siquiera se me antojan como las elecciones de hace doce años que llevaron al poder esa desgracia nacional llamada ZP, al que Pablete califica como el mejor Presidente de la democracia; ya ven quien halaga y quien recibe el halago, aunque nadie pueda negar ser sin duda la mejor baza para los intereses internacionalistas del gran farsante halagador. ZP removió el árbol de la democracia hasta dejarla exhausta y este perillán recoge las nueces. Pero bueno, ahora la perspectiva de estabilidad del sistema, predictibilidad y seguridad, han empeorado notablemente. Es decir que la situación era susceptible de empeorar y parece no pretende defraudar.

   Y no son similares tampoco, por el espacio geoestratégico en el que se ahora se mueve la Nación española. Ahí tienen a la Europa de la esperanza de tantos, debatiéndose en el que quizá fuere el último de sus sueños imposibles tras el hito irrepetible de aplastamiento de la soberbia nazifascista, con la ayuda USA imprescindible y la prescindible invitación al gran azote de la humanidad que es el comunismo totalitario, participante en el festín del reparto, con los demócratas y los regímenes de bien, y cuatro generaciones después sufrimos las consecuencias y lo que nos queda. Aquí nadie se atreve a despiezar científicamente la realidad, ni politólogos ni sociólogos, pero Europa se nos presenta en muy delicado estado; tanto que nos debe hacer temer su permanencia como espacio de bienestar y libertad. Ya ven, Gran Bretaña en la puerta de salida, cuando nosotros aún no estamos del todo dentro. Pero casi mejor no hacer recuento. Unas instituciones comunitarias tan inútiles como burocratizadas y fisgonas; unas fronteras asaltadas por oleadas de menesterosos que huyen de la guerra, el hambre y la corrupción, queriendo participar de la acumulación de riqueza en el ámbito interior. De manera que el Estado de bienestar común en la UE va a ser repartido por las buenas o por las malas. Y a la vanguardia, el islamismo, yihadista o no, pero dispuesto a instalar y exigir a los decadentes y amorcillados europeos la charia como nueva sociedad en expansión. Pero ya ven los estadistas al frente, desde el insignificante y dañino Cameron, al inútil bobalicón Hollande. Nunca Europa se debatió en circunstancias económicas, sociales y de valores como las actuales, con líderes tan fatuos. Y claro, como resultado, el populismo autoritario de izquierdas o derechas que divide, que está dividiendo Europa por su mitad. Ya entró en el gobierno de nueve de sus Naciones y a otras tres, condicionado mediante acuerdos parlamentarios. De manera que tenemos doce gobiernos con cascarón democrático dañado y mediatizados por el autoritarismo. Y esperando contar con alguno más. Y ahí no podía faltar la España que dicen luchó y repiten supo vencer el bipartidismo austericida para adentrarse en el multipartidismo de inestabilidad sin fin y retroceso asegurado.

   De manera que parece consolidarse en nuestra Nación el amor liberticida y el tufo autoritario, entre los jóvenes menores de 34 años. Nada menos que entre el 35% y el 45% de los electores en ese tramo de edad, escogen como modelo la escoria ideológica del populismo comunista y antisistema. Y ya ven, no es precisamente en regiones españolas atrasadas sino precisamente arrasan en aquellas cuya media de riqueza por cabeza se encuentra muy por encima de la media de la UE. Es el caso espectacular de Navarra – la región más rica, menos paro y más igualitaria de España- donde la suma de IU, Podemos, Bildu y Geroa Bai, suma el 47,4 de los votos o su melliza el Pais Vasco, donde IUPodemos más EH Bildu, se planta en el 43,9 o la traidora Cataluña, donde Podemos con ERC ya está en el 40,7. ¿Tendrá todo esto algo que ver con la burguesía podrida, estúpida y trincona que gobernó estos territorios durante decenios? Creo que sí y merecen esto, claramente previsible. Pero ¿y los demás?

   En varias ocasiones he reiterado, quizá en exceso verbal, que me importa una higa el PP, el PSOE y por supuesto, Ciudadanos. A mí y muchos más nos interesa únicamente el sistema; el modelo de sociedad y de economía de mercado; de imperio de la ley y de moral social y por supuesto, de prevalencia de la Constitución. El domingo, sin duda alguna, nos jugamos la libertad; la individual y la colectiva; esa libertad de la que Octavio Paz decía no necesita alas, sino echar raíces. Y también el riesgo de que pueda comenzar un retroceso en decenios, de la historia democrática de la Nación española. El domingo quizá debería repetirse y hacer propio lo de votar bien, sin mirar a quién.


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