Artículo que será publicado el próximo sábado en el diario “Última Hora”
de Mallorca
Un respeto a la inteligencia
Julián
Delgado, escritor
Una reciente encuesta
publicada por El País sobre los posibles resultados de unas nuevas elecciones
contradice los sondeos publicados hasta ahora. Anuncia un batacazo del PP y el
ascenso del PSOE y Cs. Conviene recordar que este medio, unos días antes de
celebrarse las pasadas elecciones, publicó una encuesta en la que los cuatro
grandes partidos en liza mantenían un empate técnico. Los resultados los
dejaron en evidencia: el PP obtuvo más de dos millones de votos que el PSOE y
duplicó los de Cs, confirmando que las encuestas son una forma más de influir
en el resultado de las elecciones. Además, en la encuesta recién publicada, los
sorprendentes datos van acompañados de un editorial que culpa a Rajoy, sin
nombrarlo, de ser el responsable de
todos los males que puedan suceder en caso de no prestar apoyo a un posible
gobierno formado por el PSOE.
Ahora resulta que el
partido que nos sacó de la debacle económica en que nos había dejado Zapatero,
el partido que ha resultado claro ganador con casi siete millones y medio de
votos, ha de dejar que gobierne su rival político, que obtuvo solo noventa
escaños. Un rival que lo ha equiparado a Bildu, no ha dejado de menospreciar a
su líder, y le ha aplicado el cordón sanitario, un chico hecho por
la fábrica de moneda y timbre, un producto de marketing que no dice más que
vulgaridades (J. Anguita dixit). Un chico, añado, que tiene tan pobre opinión de
los españoles, que comete la desfachatez de justificar su negativa a hablar con
el PP por la corrupción de ese partido. Sabe de sobra que hay más de doscientos
casos de corrupción abiertos entre sus filas, semejante a los que tiene el PP,
pero de mucha mayor cuantía. Claro que, mientras estos casos suelen airearse
poco en los medios, la orla de los cincuenta del PP de Valencia, que dieron mil euros
al partido y luego se lo devolvieron en metálico, da la vuelta al mundo y son
echados a las fauces de un pueblo ávido de devorar corruptos.
Sánchez
también nos quiere hacer creer que es el PP el que tiene bloqueado el diálogo,
cuando su negativa a hablar con Rajoy ha sido pública, rotunda y tajante. En
fin, visto lo visto, sólo cabe exigirle a Sánchez un poco de respeto a nuestra
inteligencia.
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