La Azotea
FIESTA DE LA
DEMOCRACIA
Menudo
fiestón han montado los del “Gobierno del cambio”. Es como una orgía donde la
fantasía brota a borbotones, producto de una macro dosis de droga ideológica
imposible de metabolizar. Pablete y sus perversos comunistas de diseño, gozan
contemplando la imagen patética de Zapasanchez arrodillado, implorante,
mientras danzan a su alrededor buscando el desconcierto de quien como aprendiz
de brujo, pero desarbolado y sin escoba, ya está provocando una auténtica y
suicida inundación. Y lo peor es que no se espera como en el poema de Goethe,
la llegada de maestro capaz de poner fin al desatino. El aprendiz de soberbia
infinita e insoportable, está dispuesto a fenecer junto a su Partido que lo
habilitó y no sabe o no quiere frenarlo y apartarlo a un rincón de la historia.
Pero debería saber que la humillación a la que está sometido, salga o no a
pasear de la mano del totalitario, es un atentado colectivo que pone en riesgo
cierto el sistema democrático que está obligado a guardar y defender de sus
enemigos. Pero fíjense que peligro tiene el inane político que no considera
enemigo al leninista del esmoking sino un adversario cercano y modulable por el
diálogo y la negociación cobarde hasta la humillación nacional. Es la herencia
arrasadora y nefasta del zapaterismo. Pero este alumno aventajado de tan
ominosa escuela, debería no obstante ser prudente y humilde en el liderazgo de
un Partido colapsado también por la corrupción - la salida y la que está por
salir, o no - precisamente introducida por sus antepasados como virus mortal en
la joven democracia española y que pervive robusta hasta nuestros días. ¿O es
que pretenden que perdamos esta parte de la memoria histórica? Por eso solo le
reprenden con pellizcos afectuosos.
Pues
miren, no son respetables las ideas de quienes defienden como Iglesias la
dictadura del proletariado como máxima expresión de democracia. Porque no es
esa la democracia que tenemos como espacio desarrollado y civilizado europeo; ni
es esa la diseñada por la Constitución vigente, capaz de progreso y libertad.
Porque aquí funciona un sistema de economía de mercado que a él gustaría abolir
y a nosotros mantener; porque aquí rige y defendemos hasta el final la libertad
de prensa y comunicación privada y pública, que él le gustaría reducir solo al
Estado para así controlar y utilizar para el adoctrinamiento masivo; porque
para una opinión formada, culta y libre, la dictadura venezolana, iraní, cubana
o coreana, le parecen un horror miserable, aunque a Pablete le parezcan
democracias saludables. Porque aquí, aunque renqueante, lenta hasta la
desesperación y politizada en exceso, la judicatura es un Poder independiente,
aunque como anuncia el desarrapado gañán, cuando gobierne deben ser fieles a su
ideario político. Porque aquí rige la separación de poderes y aún se respeta el
principio de legalidad y el resto de los principios generales del Derecho, que
separa y distingue a distancia las sociedades de vanguardia de las que tuvieron
la tragedia de caer bajo el yugo canalla de un comunismo criminal. Porque aquí
es verdad, continúa absurdamente vigente el Título VIII de la Constitución que
con su artículo 2 suponían ya en 1978 un paisaje con sombras inescrutables y, a
los que añadida la DT Cuarta sobre Navarra, una espoleta retardada. Pero
describe un perfecto Estado de Derecho, un modelo de sociedad admirable y
perfeccionable, un catálogo de derechos como en ningún otro código
constitucional avanzado. Para nada se requiere abrir un proceso alocado y suicida
de autodeterminación territorial que llevaría a la desintegración de la
Nación española.
Aquí
lo que sobra hasta la angustia es corrupción que aunque vieja ha estallado
con fuerza en la sociedad, en las instituciones y en la política. Pero es
situación que puede y debe ser corregida mediante leyes sabias que se cumplan y
se reprima con dureza democrática su incumplimiento y una educación integral de
esta y las siguientes generaciones. Pero la corrupción, lo malo, no puede ser
subsanado con lo peor, que es la involución hacia modelos de autoritarismo y
liberticidio.
La
actual situación de bloqueo que tanto está perjudicando el avance económico y
en consecuencia la salida de la crisis y el desempleo, solo finalizará en
nuevas elecciones generales – la fiesta de la democracia – sin Rajoy y sin
Zapasanchez. Ambos perdedores en la ilusión de millones de ciudadanos, para los
que uno ya hizo suficiente para todos y el otro, mejor deje de intentarlo. Con
suerte, esta fiesta no debería acabar en tragedia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario