Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

viernes, 19 de febrero de 2016

La Opinión de Javier Pipó.

La Azotea


FIESTA DE LA DEMOCRACIA



  Menudo fiestón han montado los del “Gobierno del cambio”. Es como una orgía donde la fantasía brota a borbotones, producto de una macro dosis de droga ideológica imposible de metabolizar. Pablete y sus perversos comunistas de diseño, gozan contemplando la imagen patética de Zapasanchez arrodillado, implorante, mientras danzan a su alrededor buscando el desconcierto de quien como aprendiz de brujo, pero desarbolado y sin escoba, ya está provocando una auténtica y suicida inundación. Y lo peor es que no se espera como en el poema de Goethe, la llegada de maestro capaz de poner fin al desatino. El aprendiz de soberbia infinita e insoportable, está dispuesto a fenecer junto a su Partido que lo habilitó y no sabe o no quiere frenarlo y apartarlo a un rincón de la historia. Pero debería saber que la humillación a la que está sometido, salga o no a pasear de la mano del totalitario, es un atentado colectivo que pone en riesgo cierto el sistema democrático que está obligado a guardar y defender de sus enemigos. Pero fíjense que peligro tiene el inane político que no considera enemigo al leninista del esmoking sino un adversario cercano y modulable por el diálogo y la negociación cobarde hasta la humillación nacional. Es la herencia arrasadora y nefasta del zapaterismo. Pero este alumno aventajado de tan ominosa escuela, debería no obstante ser prudente y humilde en el liderazgo de un Partido colapsado también por la corrupción - la salida y la que está por salir, o no - precisamente introducida por sus antepasados como virus mortal en la joven democracia española y que pervive robusta hasta nuestros días. ¿O es que pretenden que perdamos esta parte de la memoria histórica? Por eso solo le reprenden con pellizcos afectuosos.  

 Pues miren, no son respetables las ideas de quienes defienden como Iglesias la dictadura del proletariado como máxima expresión de democracia. Porque no es esa la democracia que tenemos como espacio desarrollado y civilizado europeo; ni es esa la diseñada por la Constitución vigente, capaz de progreso y libertad. Porque aquí funciona un sistema de economía de mercado que a él gustaría abolir y a nosotros mantener; porque aquí rige y defendemos hasta el final la libertad de prensa y comunicación privada y pública, que él le gustaría reducir solo al Estado para así controlar y utilizar para el adoctrinamiento masivo; porque para una opinión formada, culta y libre, la dictadura venezolana, iraní, cubana o coreana, le parecen un horror miserable, aunque a Pablete le parezcan democracias saludables. Porque aquí, aunque renqueante, lenta hasta la desesperación y politizada en exceso, la judicatura es un Poder independiente, aunque como anuncia el desarrapado gañán, cuando gobierne deben ser fieles a su ideario político. Porque aquí rige la separación de poderes y aún se respeta el principio de legalidad y el resto de los principios generales del Derecho, que separa y distingue a distancia las sociedades de vanguardia de las que tuvieron la tragedia de caer bajo el yugo canalla de un comunismo criminal. Porque aquí es verdad, continúa absurdamente vigente el Título VIII de la Constitución que con su artículo 2 suponían ya en 1978 un paisaje con sombras inescrutables y, a los que añadida la DT Cuarta sobre Navarra, una espoleta retardada. Pero describe un perfecto Estado de Derecho, un modelo de sociedad admirable y perfeccionable, un catálogo de derechos como en ningún otro código constitucional avanzado. Para nada se requiere abrir un proceso alocado y suicida de autodeterminación territorial que llevaría a la desintegración de la Nación española.
  Aquí lo que sobra hasta la angustia es corrupción que aunque vieja ha estallado con fuerza en la sociedad, en las instituciones y en la política. Pero es situación que puede y debe ser corregida mediante leyes sabias que se cumplan y se reprima con dureza democrática su incumplimiento y una educación integral de esta y las siguientes generaciones. Pero la corrupción, lo malo, no puede ser subsanado con lo peor, que es la involución hacia modelos de autoritarismo y liberticidio.

 La actual situación de bloqueo que tanto está perjudicando el avance económico y en consecuencia la salida de la crisis y el desempleo, solo finalizará en nuevas elecciones generales – la fiesta de la democracia – sin Rajoy y sin Zapasanchez. Ambos perdedores en la ilusión de millones de ciudadanos, para los que uno ya hizo suficiente para todos y el otro, mejor deje de intentarlo. Con suerte, esta fiesta no debería acabar en tragedia.


    

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