Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

martes, 9 de junio de 2015

OTRAS OPINIONES. Julián Delgado

Artículo publicado en el Diario "ÚLTIMA HORA" de Mallorca el pasado sábado, día 6 de Junio, cuyo autor es el escritor mallorquín Julián Delgado Aguado.
Su contenido coincide plenamente además con las tesis mantenidas en mis últimos artículos.             

PEDRO Y PABLO
Julián Delgado

Para empezar a negociar, Pablo le exige a Pedro un giro de 180º, pero se conformará con menos, pues ya no necesita simular escrúpulos por la corrupción que mancha a sus socios. Lo que precisa de él es que le cepille el polvo de miliciano de Durruti con aires  bolivarianos, quedar homologado como líder de una fuerza democrática de izquierdas y que se incorpore a su línea radical, cuyo objetivo declarado es cargarse el entramado institucional y de valores de la Constitución del 78. Pedro, que ha cosechado el peor resultado histórico del PSOE, ha visto la posibilidad de maquillar su fracaso y apaciguar con nutridos pesebres a sus huestes, que ven en el paro propio causa más que suficiente para el entreguismo, pactará con Podemos. Para ello, Pedro tiene que negar tres veces y todas las que sean necesarias al centro izquierda, como hizo aquel otro Pedro con Cristo, y después olvidarse de la promesa que realizó durante la campaña electoral de no pactar con el populismo. Tras el pacto, Pedro se verá obligado a apoyar políticas cada vez más radicales porque, de no hacerlo, perderá el sostén de sus nuevos amigos y será acusado de ser un freno a la regeneración. 
 
El socialismo resultará...una fuerza de ideología impostada, agotada, antigua y sin ideas propias,…”   
 
El PSOE quedará muy lejos de ser aquel partido socialdemócrata moderno, que en su día aglutinó a una mayoría de españoles, lugar del que ya le alejó Zapatero, renunciando a valores e ideas que son la esencia de su identidad. PSOE y Podemos serán percibidos como grupos similares; y ya sabemos lo que le ocurrió al tripartito: ante dos formaciones que ofrecen lo mismo, se elige a la más dinámica y genuina. Pedro pretende liderar la izquierda, pero el socialismo resultará para el electorado una fuerza de  impostada ideología, agotada, antigua y sin ideas propias, mientras Podemos será percibido como la auténtica izquierda. Pedro habrá hipotecado el futuro de todos por salvar sus posaderas, y el PSOE, que lleva años en continuo declive, seguirá los pasos del Pasok griego y del PSI italiano. Pablo, buen conocedor de las tácticas estalinistas, que tan eficaces le han resultado para conseguir noquear a IU en el primer asalto, hará de Pedro la muleta que ahora necesita, para abandonarlo en la nada de la política en cuanto no lo precise.    
 
 

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