ARCO: LA FERIA DEL IVA
25 de Enero 2014
Dentro de un mes se celebra en
Madrid la muy importante Feria Internacional de Arte Contemporáneo. Tan
importante que el Gobierno ha decidido celebrarla, obsequiándola y acogiéndola
con una trascendente modificación de la Ley 37/1992 del IVA. Tan importante,
que ese Gobierno, el Gobierno de España, ha determinado hacer la modificación
mediante el procedimiento legislativo de Decreto Ley, procedimiento que el artículo
86 de la dudosamente vigente Constitución, reserva para los casos de
extraordinaria y urgente necesidad.
¿Y en qué consiste? Pues sacar
las entregas de objetos de arte desde el tipo general del 21% en el IVA, al
tipo reducido del 10%.
Urgente sí parece, puesto que ya
digo, la Feria se celebra en escasos treinta días y de otro modo sería
imposible dejar efectuado este arreglo. Y la extraordinaria necesidad,
pues resulta más que discutible, dado el momento de encogimiento nacional que
atravesamos y cuyo fin desconocemos a ciencia cierta.
Y claro, cualquier crítico con la
decisión gubernamental puede ser tachado de desear el fracaso económico del PP
con tal de mantener la oposición a cualquier medida propuesta y en negar los
avances significativos de recuperación económica, justamente lo buscado por
esta medida.
La reforma desde luego asemeja
una infeliz compostura para agradar a una parte del mundo de la cultura que tan
dolido se encuentra desde la subida del mismo Impuesto para los espectáculos
como el cine o el teatro y que ese sector de la vida nacional, dirigido
tradicionalmente por la izquierda moderada y la radical, aprovechó para abrir más
la herida del descontento social.
Bueno, rebaja nueve puntos de
nada, con “objeto de recoger la reivindicación que un sector social venía
reclamando de forma insistente y que sin duda servirá para su dinamización”.
Loable empeño, despreciado en
otros supuestos de más trascendencia, sin duda muy bien acogido por vendedores
y compradores de ARCO y desde luego aprovechado por el resto del mundo de la
cultura para lograr su rebaja fiscal, ahora que estamos en feria. Y el Gobierno
la llevará a cabo también, en este caso buscando cierta comprensión en esta
corriente ideológica que naturalmente seguirá despreciando todo lo ajeno al
catecismo progresista que monopolizan, desde que la Unión Soviética estúpidamente
ayudó al mundo de la libertad a luchar contra el monstruo hitleriano.
Montoro nos sorprende cada día con
sus ramalazos de zapaterismo, interiorizado a prisa y corriendo, sin pensar que
era mucho mejor el modelo imitado. Bueno, Montoro y su Jefe de Gobierno, que
ahora saca pecho de hojalata ante el carajal catalán, tras untar sin decoro la
ruina de su Gobierno y a costa de endeudar mucho más al Estado. Como si el FLA
tuviesen las CC.AA. intención de devolverlo, empezando por Cataluña.
La crítica podría y alguien debería
hacerla, poniendo en relación los bienes y servicios incluidos recientemente en
el tipo general del 21% y la influencia que ello está teniendo en el consumo
para la inmensa mayoría de la población. O las recientes subidas de luz en
carrera sin fin, convertida en artículo de lujo, a diferencia del resto de la
Unión. O las posibles comparaciones con los insostenibles tipos en el IRPF que
tanta influencia tiene en la capacidad adquisitiva de millones de ciudadanos. O
el cálculo realizado por el Ministerio sobre el número de españoles de clase
media que aprovecharán la oportunidad de rebaja fiscal para adquirir el cuadro
o la escultura de sus sueños. Y en sentido contrario, cuantos de los poseedores
de medios económicos para comprar arte en estas circunstancias, renunciarán a
tan noble empeño por la no bajada del Impuesto. O en fin, la cascada de
mensajes llevando a la población el convencimiento de que la sostenibilidad del
Estado depende de su capacidad recaudatoria y no de la reforma de su poder
territorial y estructura y reduciendo sus gastos imposibles.
Es pura incoherencia e
inoportunidad. Es meter la política en la resolución de problemas nacionales
muy serios que requieren gobiernos serios y con garantía de solvencia.
¿Qué prestigio dan al Estado
quienes tras formar una Comisión de expertos para la reforma tributaria, que a
punto de acabar sus trabajos, adelantan el retoque de Impuestos de forma
acelerada, anteponiendo de forma aislada y sorprendente sus cortos intereses
partidarios a los de la Nación?
Cada día resulta más dudosa la
capacidad del sistema político para su regeneración. Parece que los ejemplos
argentino y venezolano no influyen en su egoísmo suicida. Y en el nuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario