Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

sábado, 14 de diciembre de 2013

La Opinión de Javier Pipó


LA AZOTEA

GOLPE AL ESTADO
14 de Diciembre 2013

Ciertamente este comentario también se podría titular “Golpe de Estado”, porque mi pretensión es expresar la escasa diferencia que lo separa del disparate catalán, salvo que la pretensión de su Gobierno no supone un cambio radical y profundo de la estructura del Estado español, sino una modificación bien planificada y diferida en el tiempo. Son treinta y cinco años de transición y consenso mientras se prepara el golpe del nacionalismo catalanista al Estado. Quizá no han llegado a la “técnica del golpe de Estado” que describía K.E. Suckent, Curzio Malaparte, pero sí han ejercido presión sistemáticamente insoportable, una extorsión ilegítima sobre los Gobiernos de la Nación y sus representantes democráticamente elegidos. Han anunciado un golpe tácito y burlado la Constitución, encabezando la rebelión el propio representante del Estado, que prometió respetarla y hacerla cumplir. Han establecido estructuras estatales propias y buscado el apoyo de la población, preludio de motín generalizado. El resultado, estará también diferido en el tiempo y las consecuencias sin duda desplegarán sus nefastos efectos en futuro no tan lejano.

Durante estos largos años hemos comprobado como una Constitución inacabada y ambigua y una estúpida política de buenismo institucional ha permitido una escuela al servicio del adoctrinamiento ideológico. Como, el odio a lo español va parejo al enaltecimiento de lo catalán vehiculado a través del idioma, inyectando en dos generaciones una versión de la historia que no resiste el mínimo análisis científico. Como se ha engrandecido la diferencia con lo español hasta la distorsión, con rastros preocupantes de nazismo, naturalmente imperialista. Pero también, como un grandioso y carísimo aparato de propaganda – más de 70 libros sobre independentismo se publicaron estos últimos años – se ha servido de intelectuales orgánicos bien refugiados en el presupuesto y desde luego de la casi totalidad de los medios de comunicación, engrasados generosamente para rendirse al servilismo y ser puestos al servicio de la causa nacionalista radical.

Soy consciente que todo esto coincide no casualmente, con un Estado muy débil, dedicado casi en exclusiva a salir del abismo económico y la pobreza, dentro de una Europa declinante que espera la caída francesa, la huída británica y alemana, esta última seguramente a disputar su influencia con Rusia imparable – si consigue incorporarse definitivamente a la libertad – en los pequeños Estados nórdicos y centroeuropeos. Con Dawson, quizá nos quede solo la esperanza de que su pérdida de poder no equivalga a la de conocimiento y su fuerza intelectual y espiritual continúe su influencia en el mundo.

Pero mientras, asistiremos perplejos e impotentes a que la cuestión catalana, seguida de la vasca a la espera, enfrente a las familias y la sociedad completa, incluida la española y sus instituciones, impidiendo salir de la crisis por la incertidumbre existente, la falta de confianza y la seguridad jurídica necesaria para no perder el prestigio ante los inversores y el capital extranjero. Una tragedia en ciernes. La famosa pregunta de decidir la independencia ya está presentada en sociedad por estos peligrosos y mediocres políticos. Y es prueba del nivel intelectual que suponen a los ciudadanos que pretenden liberar y liderar. Es un juego torpe de combinaciones infantiles de sísí – como la Emperatriz – nono, sino, nosí. Una estupidez impropia de quien cobra y vive de los presupuestos y en consecuencia del esfuerzo trabajoso de los demás.

Miren, los Estados cuya existencia presupone el Derecho Internacional Público se llaman Estados independientes o soberanos y son los dotados de personalidad jurídica internacional. Desde Bodino que designaba la índole de los Estados independientes con el término de soberanía estatal (summa potestas) hasta Vattel que lo expresa como “toda nación que se gobierna así misma, sin dependencia de ninguna extranjera”. De manera que menos retorcimientos y vaciedades. Seguramente con la primera de las necias preguntas miran de reojo a la Confederación de Estados. Un disparate que no sostiene ni la realidad actual - como resulta del ejemplo esencial de USA - ni la doctrina. Como dice Joseba Arregui, la Confederación conduce a la unión federal, pues ya ven.

No aciertan más que en la intriga y en el trinque del Estado. La deuda catalana ya está en cerca de 55.000 millones de euros. Claro, que ahí está Montoro y su FLA para ayudarles a pasar sus penas, es decir, las nuestras.

 

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