Artículo que será
publicado en el Diario ULTIMA HORA de palma, el próximo sábado día 20
Desafección política
Julián Delgado. Escritor
18 de marzo 2021
La implosión de Cs ha puesto en
evidencia que España padece la peor generación de políticos en décadas que
resultan lesivos para la democracia. No es este tsunami murciano, que concluye
con el triple mortal de Iglesias a la fuga en modo histrión, el más infame
espectáculo que nos han ofrecido. Aún más vergonzoso fue aquel que se produjo
tras el 11-M. En medio de la conmoción de la barbarie terrorista, con la sangre
aún caliente de las víctimas, sufrimos la iniquidad moral de unos políticos que
aprovecharon la tragedia para acusar a sus adversarios de ser los responsables
y ganar unas elecciones que, según todas las encuestas, tenían perdidas.
Los partidos, que son
imprescindibles para la democracia, su oxígeno, han derivado a lo largo de
estas décadas en agencias de colocación que luchan sin escrúpulos por el poder,
gavillas que despilfarran y desangran a los ciudadanos. Han confundido los tres
poderes y lo monopolizan hasta el punto de coartar el ejercicio de los derechos
de los ciudadanos. Decía Madariaga que el político se debe a lo útil, pero para
su mayoría lo útil es su propio beneficio y el del partido, no el interés
general. En consecuencia, los ciudadanos desconfían de ellos y así se ha
destruido el mito de la representación.
La mayoría de las personas de valía
y honestas, que en nuestra sociedad hay de sobra y brillan en todos los campos,
desde la ciencia al deporte pasando por el arte, empresa, etc., buscan desarrollar
su proyecto de vida lejos de esas jaurías depredadoras, mientras que los mediocres
y oportunistas, la mayoría, persiguen una forma de vida con la mínima
preparación y esfuerzo y suelen relegar a los más capaces e íntegros.
Como las democracias son débiles
por naturaleza, la nuestra siente en sus vigas, los partidos, la aluminosis de
la desafección. Cs. atrajo a quienes, hartos de corrupción, vieron en él,
además de la limpieza moral, un dique de resistencia en territorio hostil ante
la tolerancia de los grandes partidos con el separatismo. Pero ha acabado sumergido
en el magma donde la traición y la mentira son moneda corriente. Se ha vendido
al peor postor posible, se ha aliado con los intereses más dañinos para la
nación a cambio de un lugar al sol.
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