Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

miércoles, 7 de julio de 2021

LA OPINIÓN DE JULIAN DELGADO

Artículo que será publicado por el Diario ULTIMA HORA de Palma


Los tres niveles del Procés.3

Julian Delgado. Escritor


EProcés.3, que se iniciará el 13 de septiembre después de que los nacionalistas catalanes hayan exhibido músculo en su Diada, se desarrollará a tres niveles. Uno,teatral, que se escenifica en el Congreso, donde Sánchez se presenta como el pacificador del rampante secesionismo catalán, que busca una solución para el conflicto de Cataluña a través del diálogo. Se acepta el enfrentamiento bronco con la oposición incluso con sus socios, se justifican las concesiones en aras del consenso y la concordia y se promete respetar la Constitución. Pero esta ostentación de las discrepancias de fondo entre Sánchez y los nacionalistas no deja de ser puro teatro para consumo de los seguidores de sus respectivos partidos, una estrategia para ocultar la total sintonía de Sánchez con los nacionalistas.

El segundo nivel es el de las bagatelas, menudencias que se negociarán  en la llamada mesa de diálogo. Sirve este nivel como cortina de humo que esconde la negociación  de fondo. Se pondrán encima de la mesa una larga lista de nuevas competencias que harían desaparecer el Estado en Cataluña, y que van dirigidas a apaciguar a los separatistas más radicales. Estas son la cesión de estructuras de Estado a la Generalitat y diversas prebendas económicas y financieras que resultarán un agravio para el resto de las CCAA: fondos europeos, financiación de infraestructuras, imposición del catalán, apoyo a la candidatura de los JJOO de invierno en Cataluña,  ampliación del aeropuerto de El Prat, inversiones en cercanías, titularidad de carreteras del Estado, el fin de la represión, el blindaje de competencias, representación catalana en la UE, selecciones deportivas, compartir la capitalidad de Barcelona con Madrid, etc.  Es el nivel de las fotos y las declaraciones, sonrisas y caras de perro, que permite ganar tiempo y ofrecer alternativas en las relaciones de los contendientes, despejar tensiones y escenificar crisis simuladas que permitan exhibir la complejidad del empeño.  

El tercer nivel es el subterráneo, el de las alternativas creativas al que no llegan las cámaras. Es en el que Sánchez tiene vía directa con el ínclito Zapatero, su hombre en las sombras, el que urde y muñe el plan de la España plurinacional a sus órdenes directas. Al que no le basta haber renunciado vencer a ETA cuando se estaba en las mejores circunstancias para conseguirlo y, en su lugar, tras un proceso de rendición ignominioso disfrazado de pazlegitimó el hacha y la serpiente e hizo bueno el pronóstico de la madre Joseba PagazaaurtunduaHarán cosas que helarán la sangre. Ahora pretende repetir la jugada en  Cataluña.

Sánchez y su Gobierno rojo-morado, ha metido en su cama política a todos los que quieren acabar con España, ha aceptado sus reivindicaciones y su discurso victimista considerándolos justos y se ha puesto manos a la obra. Así, pues, su objetivo es ofrecer una opción que acepten los soberanistas, aunque haya que desgarrar algunas costuras de la Carta Magna, pero sin que llegue a reventar. Dentro de la Constitución hay muchas cosas que se pueden hacer, declaró hace unos días Sánchez y ahí está Conde Pumpido, junto a ZP, preparando la ingeniería legal para burlar la Ley de Leyes. Rescatarán el Estatut de Maragall, que tumbó el TC en su día, incluirán en su texto, entre otras mejoras, la competencia de realizar referéndums consultivos. El soberanismo la activaráen el momento que considere más oportuno: cuando se hayan incorporado al censo los jóvenes hoy adolescentes inoculados desde las escoletas con el virus del procés en sus distintas variantes. Se repetirá la consulta hasta que el resultado sea favorable a sus intereses y entonces no habrá marcha atrás: harán una lectura vinculante y se independizarán por la vía de los hechos consumados. Y vaya usted a decirles con la fuerza simbólica del triunfo en el bolsillo, que el resultado no tiene valor ejecutivo.  

Para ello necesita una campaña de descalificación y destrucción de las instituciones de control y maniatar a la Justicia. Y en eso está Sánchez desde el principio. Ahora promueve despojar al TC de su capacidad para ejecutar sus propias sentencias, suspendiendo el recurso previo de inconstitucionalidad para frenar Estatutos con contenido separatista e impidiendo que actúe contra referendos ilegales, cuando se había comprometido a endurecer las penas ante consultas ilegales. El TC corre el riesgo  de representar el papel de extra mudo sin capacidad para intervenir ante consensos políticos que estén fuera del marco constitucional. 

¿Quién controla el Estado? Pues eso. 

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