LA AZOTEA
SANCHISMOCOMUNISMO
19 Diciembre 2019
Pues parece se consuma
la felonía y puede tengamos Gobierno de España al filo del final de este
políticamente penoso 2019. Y podremos decir, sin temor a equivocarnos, se
trataría del primer Gobierno de España dispuesto a su liquidación desde la
estructura supranacional creada por los Austrias mayores. O lo que es igual, a
convertirla en mosaico irreconocible, pero cómodo y accesible a los caprichos y
ansias de poder de una banda de facinerosos politicastros de tres al cuarto, de
perfil olvidado o desconocido para la mayoría de los españoles desde los hechos
revolucionarios de 1934. En cualquier caso, el sanchismo felón, aliado al
comunismo de siempre, parecen dispuestos a consumar sucesivos actos de alta
traición hasta conseguir objetivos de política, más parecida a las alevosas
negociaciones de Bayona, hace ahora 211 años.
Al fin cada vez
aparecen más pesimistas dispuestos a manifestar congoja por el panorama en
cierne, pero si esto se denuncia habrá que estar dispuesto a soportar ser
tachado no solo de derrotista, agorero o catastrofista, sino directamente de
ultraderechista o simplemente fascista. Ya ven. Pero busquen situación análoga
a la que se prepara e indaguen algo parecido, no solo en España sino en el
ámbito de la UE, en los últimos 75 años. Sentirán vergüenza de que la Nación
española vuelva a ser actualidad heterodoxa, dentro de una Europa ilustrada y
democrática. Pero el sanchismocomunismo solo tiene un objetivo que no es otro
que el poder. Y para alcanzarlo no dudan en mentir sin pudor, a pesar de
aportar una ideología populista de fondo cochabronso y reaccionario, aunque
para un gentío desideologizado, mayormente inculto desde el punto de vista
político, les pueda parecer seductora en su presentación.
Y al populismo, como
decía Hayeck, solo se le vence en la batalla de las ideas, que son las que
definen la evolución social, económica y política de las naciones. Y aquí, a
quien debió corresponder solo propuso durante años cruciales, ideas de contabilidad
nacional. Y claro, ignoraba o quería desconocer cómo para el socialismo del
siglo XXI, el liberalismo o como ellos llaman, el neoliberalismo - término
acuñado por Rüstow en 1938 – es un enemigo brutal y tal como ya advirtió el
Che, un pueblo sin odio no puede triunfar sobre él. De manera que su esencia,
no pasa de tres puntos odiosos de referencia: antiindividualismo,
antiliberalismo y anticapitalismo.
Pero este nuevo
socialismo del siglo en que vivimos ya no aboga por la revolución violenta que
derribe el orden burgués establecido; ahora solo la fuerza de las ideas. Eso
sí, aprovechará el sistema electoral, para destruir o desnaturalizar la
democracia tratando solo de alcanzar la hegemonía, como la entendía Gransci, es
decir, el liderazgo gradual ideológico, intelectual, cultural y político. Y
ello requiere ciertos métodos autoritarios y un dirigismo de los cuerpos
sociales intermedios, intelectuales orgánicos, medios de comunicación y el
empleo masivo del neolenguaje del que Sánchez se ha convertido en consumado y
malévolo maestro. De manera que caminamos lenta pero inexorablemente a
transformar las ideas, los valores y la cultura dominantes y después se habrán
transformado las instituciones. Eso sí, a este populismo de base totalitaria no
le interesa la verdad sino imponer antes que después, su visión del mundo; al
fin el socialismo nunca fue producto de la clase obrera sino de las élites
intelectuales, o de lo que Hayek llamaba “distribuidores de segunda mano”
Y quizá resulte de
interés recordar alguna idea motriz de Iglesias, tan cerca ya del Gobierno y
sobre todo ahora que Junqueras y toda la panda de indeseables golpistas, presumirán
de impunidad por las moquetas del Estado. Decía Iglesias que la guerra de
posiciones que propugna intenta ganar terreno gradualmente en la hegemonía,
utilizando las estructuras democráticas del Estado para controlar su poder; al
igual que la hegemonía cultural, que debe ser transformada para preparar el
camino de la victoria final. Y desde luego nunca asumir el lenguaje del
adversario, sino disputarlo, porque, si se carece de fusiles, el terreno
gransciano es el único posible.
De manera que aquí lo
trascendente no es la jauría independentista catalana, enseguida la vasca y
luego el resto de figurantes y oportunistas de un Estado casi agónico. Aquí, su
desmoronamiento solo es posible por la acción perversa del zapaterismo, ahora
culminada por un sanchismo que, constituyendo su estadio previo, va a proceder
a la fusión con el comunismo populista y totalitario de Iglesias, dando como
resultado el propósito firme y ya decidido de constituir base sólida de una
nueva España, como nación de ocho naciones, camino del estercolero de su
Historia. Así pues, el verdadero peligro para la Constitución de 1978, la
democracia, la Corona y la libertad es el sanchismo, en su alianza perversa,
arrasadora y reaccionaria con el comunismo. Ningún demócrata puede unirse a
semejante felonía y menos, permanecer en cobarde y cómplice pasividad.
Y Feliz Navidad
cristiana para todos aquellos, hombres y mujeres, de buena voluntad que han
seguido pacientemente desde La Azotea los suspiros profundos de la vida
nacional, incluso sin estar de acuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario