Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 8 de marzo de 2018

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo que será publicado por el Diario “Última Hora” de Mallorca el día 10 de marzo 2018

EL COBIJO DE LA TRIBU
Julián Delgado. Escritor



       Uno de los fenómenos que se han producido en el mundo occidental cuando impactó la crisis económica, ha sido la aceleración del proceso de vuelta al localismo ya iniciado hace años como respuesta a las consecuencias de la globalización: la ruptura de los compromisos, de la solidaridad y de la cohesión social locales. Lo hizo como defensa ante la desazón que genera lo incierto, por la inseguridad que engendran los cambios radicales, como la robotización, que alterará el mercado laboral de forma radical, el temor de poder perder el puesto de trabajo, la incertidumbre de si podrá cobrar la pensión en su día, la manipulación a la que vive sometido. También con la invasión migratoria y de fugitivos de guerras, que se perciben como amenaza a los valores que hasta ahora le habían sustentado, la crisis de la Unión Europea…

        Y aumentó con la crisis por la precariedad económica y con la aparición de movimientos sociales indignados al comprobar que los principios y las instituciones democráticas no daban soluciones ante los problemas cada vez más complejos,

        Ante este panorama de miedo a lo desconocido, y tras sentir la desafección al sistema de partidos políticos, el individuo se ha refugiado en el protector espacio de la tribu. En el sentimiento de pertenencia al Estado-Nación donde encuentra proyecto, cohesión social e integración cultural. Se habla de nuevo de medidas proteccionistas como aranceles, muros, aislacionismo…

       En el caso de España nos hemos encontrado con que ese sentimiento nacional se había debilitado durante los cuarenta últimos años en beneficio del de las  nacionalidades y regiones, muy especialmente de Cataluña y el País Vasco. El nacionalismo español, por desgracia, goza hoy de escasa influencia política, social y cultural. En este fenómeno del que hablamos, ha sido más fácil canalizar el repliegue sobre las identidades regionales, produciendo una fragmentación cultural, que convierte a las demás tribus en enemigos potenciales a batir en la competencia por sobrevivir y tiende a romper los lazos de solidaridad entre regiones, poniendo en peligro la misma convivencia. Así, pues, hemos sufrido y sufrimos dos graves crisis simultáneas: la económica y la territorial.    
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario