Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

miércoles, 28 de marzo de 2018

La Opinión de Javier Pipó


La Azotea


TIEMPO DE PASIÓN
28 de Marzo 2018

 
        Hace dos años, el gran Pedro G. Cuartango escribió País de Insensatos, un luminoso artículo del que llegó a impresionarme no solo su clarividente contenido – compartido de la A a la Z- sino también que un modesto Blog de Opinión como éste, pudiera encontrarse tan cercano en su análisis reiterado, al de un intelectual tan brillante como Cuartango. Dos años después, en plena Semana de Pasión, España continúa en la espiral de autodestrucción. Como barco hundiéndose lentamente, mientras los pasajeros celebrando su éxito histórico y fulgurante de sociedad opulenta, bailan felices en cubierta con las gigantescas grietas abiertas a sus costados que terminaran por engullir su avance histórico y sacrificado de quinientos años atrás.

        Los nacionalistas catalanes en vanguardia de la lucha por ahora relativamente pacífica, continúan su desafío chulesco al Estado con éxito indiscutible, hasta el desconcierto de éste y la internacionalización ahora en la ONU de aquél, ante los ojos miopes del embajador Moragas, fantasma nocturno de los largos y atascados pasillos monclovitas. Pero la lucha relativamente pacífica de ahora, ya digo, se tornará violenta y de incalculables consecuencias si el Estado no pone coto decidido al desmadre, ejerciendo la fuerza de su poder y que la Constitución expone de forma clara, empezando en su artículo 8 o 116 y terminando en el ordenamiento jurídico penal. Luego, llegará la hora de modificar la Constitución para evitar la educación de odio a España; los medios de comunicación públicos, vehículos de rebelión; el régimen jurídico de responsabilidad por traición, de cargos públicos sediciosos actuando desde instituciones al servicio de la desmembración nacional y la revisión a fondo del ordenamiento penal y penitenciario, olvidando los tiempos del buenismo ideológico. La historia sabrá castigar la indolencia de un pusilánime Rajoy incapaz de dar un paso más que la aplicación fría e inútil de la Constitución, descargando en la Corona la iniciativa política y desde luego en el Poder Judicial el reproche penal a los golpistas del 3% y a sus acompañantes, vociferantes totalitarios del comunismo y afluentes, sedientos de destruir el sistema y lograr la venganza de una derrota de hace casi un siglo.     

        Porque a la espera, reitero, se encuentran los nacionalistas vascos, que ya tuvieron su oportunidad sangrienta y criminal. Y ahora para continuar, tras el trinque del Cupo, un atraco a fuerza de cinismo y desvergüenza, amenazan con colapsar el desenvolvimiento económico de la Nación negando al mendicante y blandito Gobierno, el apoyo necesario para la aprobación de sus Presupuestos socialdemócratas; no por el sesgo expansionista de volver a empezar sino porque la derecha peneuvista, reaccionaria y soberbia donde las haya, no oculta su apoyo a la rebelión catalana, azuzados por una ETA vivita y comenzando a colear. Pero ya me dirán de qué va el apoyo así mismo de las Centrales Sindicales, de obediencia más palpable que nunca al socialismo extremo y sanchista y al comunismo revanchista podemita. Y el resto de los que encaramados al poder regional, asoman ya las garras y amenazan con su diabólica enseña, constituidos en movimientos intolerables e intolerantes en el nacionalismo balear o en el insólito valenciano, tras la huida insensata del Gobierno y el partido que lo sustenta. Se va conformando pues, un espacio siniestro y maldito autodenominado de los “paises catalanes” una de las mayores estafas históricas de duración secular y que nadie parece dispuesto a desmontar definitivamente, antes de lamentar su imposición.     

        Y todo ello en el peor momento histórico, de hundimiento de la moral social, desarme y desmantelamiento de los principios y valores de una civilización milenaria; relativismo por doquier y nihilismo, allá donde antes había temor a la ley de Dios y de los hombres. Ahora, la corrupción invade partidos e instituciones y pasa hasta desapercibido el mayor escándalo de los últimos trescientos años, como es el sistema corrompido y pestilente de la Región andaluza, donde los implicados - ni son todos los que están, ni están todos los que son- pueden resultar hasta condecorados. Se perdió pues la ocasión del regeneracionismo de la vida pública y de ello no solo debe ser culpado el PP sino también el socialismo democrático del gran estadista González que tampoco acertó a ejercer una socialdemocracia mucho más cercana al liberalismo transformador. Tan alejado como Rajoy que carece de convicción ideológica alguna. Y para temer la trayectoria que podría tener esa esperanza blanca que lidera C´s pero que cada día defrauda más a un sector informado de la opinión pública que le ve bascular entre la ideología y el espectáculo. Así pues, alejados del liberalismo, se aleja el amor a la libertad y la democracia representativa que conformaron el progreso de Occidente. Ojalá me equivoque.    

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