LA AZOTEA
ESTADO DESCOMPUESTO
20 de Septiembre 2017
Pues estoy como millones de
españoles; pendiente si en 11 días finaliza el régimen del 78, el Estado de
Derecho, la Nación española o los tres. O ninguno; porque aquí nadie sabe, ni
parece querer saber, si ocurrirá algo irreversible o reversible, aunque nefasto
en cualquier caso para nuestros intereses ahora y de futuro, cuando terminemos
de deglutir la sopa gansa que parece estar preparando la casta gobernante.
Porque toda esta follonería no es creación de la mayoría silenciosa que tras
generaciones de trabajo y esfuerzo ha logrado una Nación con problemas e
injusticias, desigualdades y cierto grado de desorden, pero colocada a la
cabeza del mundo desarrollado y democrático. De manera que la situación tan
previsible como demencial y peligrosa, es achacable a una clase política tan
numerosa como mediocre, tan inescrupulosa como carente de valores y principios,
sin duda ya digo, la más peligrosa de la Historia de España desde la Restauración,
capaz de poner en riesgo de desaparición una Nación consolidada por siglos de
destino común, avance y progreso.
Sí ya sé que cuanto vengo
diciendo a muchos parece exagerado o pesimista. También lo era hace cinco años
y entonces estábamos más alejados del precipicio, pero muchos argumentábamos
igual o muy parecido que ahora, cuando la cuestión del ser o no ser nacional ya
resulta a mi juicio irreversible. Pero siempre fuimos pocos o muy pocos e
irrelevantes; muchos menos que aquellos dirigentes que sabiendo el riesgo total
lo han ocultado, lo han negado o le han restado la fuerza de su inexorable
destino.
Miren, es verdad que muchos
de los pilares fundamentales de Occidente, y su orden liberal, se están
debilitando y que la posverdad está arruinando sus democracias. Es verdad que
el riesgo de islamización de Europa será un hecho si los datos demográficos no
varían de forma radical y cesa la ocupación de su territorio por millones de
musulmanes dispuestos a la yihad expansiva por todo el continente. Es verdad
que como consecuencia del desorden continental aparecen en el horizonte
fantasmas de autoritarismo, cuando no totalitarismo que parecían desterrados
hace decenios Es verdad que España participa y de qué manera en la ola de
nihilismo y relativismo arrasador que inunda Europa, pero en los próximos años
asistiremos a una invasión, imposible de controlar, de seres humanos
procedentes del Continente africano separado por menos de veinte kilómetros; y
además, la presión asesina del yihadismo que puede crear pánico e inseguridad y
para rematar – a diferencia del prefacismo europeo- un totalitarismo
castrochavista casi imposible de recunducir por la idiocia colectiva de una
socialdemocracia desaparecida a manos del mediocre, traidor y peligroso Sancheiglesias.
Y claro, aprovechando la descompostura del Estado, el rampante y corrupto
nacionalismo independentista catalán con pretensiones de expansión imperial del
territorio, lo ha puesto frente a sus propias incoherencias y contradicciones.
Y en función del resultado del proceso le seguirá el País Vasco y a éste, los siguientes
por dar la cara. Y ya vieron la inteligencia, la diligencia y el entusiasmo
para aplicar los mandatos constitucionales; pero ni siquiera el 155 les parece
adecuado por fuerte, qué decir del 8 – el poco Ejército existente, si hay
alguno, apaga incendios o se reparte por el mundo en misiones imposibles- o el
55 en relación con el 116. De manera que poco esperar del Estado y mucho menos
de la UE, cuando otra causa a punto es Ceuta y Melilla – fuera del paraguas de
la OTAN- que seguramente seguirán siendo españolas por poco tiempo, a pesar de
su identidad centenaria; ciudades laboratorios de invasión por ocupación
pacífica. Más de la mitad de su población es ya musulmana que junto a la
limítrofe vive del Presupuesto español. Cuando aprecien la oportunidad, el
empujón será irreversible.
Pero ahora nos ocupa y
preocupa Cataluña, porque independientemente de la peor y más ridícula pandilla
de tuercebotas y aventureros que lidera la secesión y la inquietante invasión
musulmana que padece, Cataluña es la más insolvente de las CCAA. Fíjense que su
deuda total alcanza ahora casi 75.000 mill. euros, es decir más del 35% de su
PIB. Y ello sin mencionar los casi 64.000 millones del Flamontoro que jamás
devolverán o de su tradicional y acusado
desequilibrio financiero en materia de prestaciones económicas del sistema de
Seguridad Social. Carece pues de solvencia y crédito internacional,
econtrándose al borde del crack a pesar de sus otras cifras macroeconómicas
brillantes. En estas condiciones la secesión sería una catástrofe para la
propia Cataluña, una tragedia para España y un nuevo fracaso para la UE. Pero
puede ocurrir, temporal o definitivamente y también pueden ocurrir gravísimas
alteraciones de orden público con una policía autonómica que nadie sensato
negará trabaja a favor de la independencia.
De manera que el asalto al
Estado y al orden constitucional constituido vuelve, como históricamente, a ser
actualidad y temor de nuestra generación. Pero igualmente temible es la chapuza
que pueda diseñarse entre los llamados Partidos constitucionalistas tras el 1
de Octubre, desnaturalizando la Constitución del 78, forzando un federalismo
ajeno a la ciencia política y al Derecho comparado- deberían al menos escuchar
al Prof. Blanco Valdés- y jugando la baza de la izquierda totalitaria en su afán
incontenible de descomponer el Estado para facilitar su asalto definitivo.
Bueno, nada nuevo, mi apreciado maestro y querido amigo, nada nuevo; ya dije, y lo recordarás, que desde que Maciá, en aquél 1931 proclamase la república catalana y motivase el vergonzoso peregrinaje de aquéllos no menos vergonzantes ministros desde Madrid a Barcelona, el problema no ha desaparecido, y desde el Compromiso de Caspe hasta Pi y Margall, federalista de la primera república de impresionante lucidez si atendemos a un buen número de historiadores (consiguió nada menos que importantísimos territorios como Cartagena, Jumilla, Motril y Algeciras se le declarasen repúblicas independientes, se fijen ustedes en tan magra y excelsa talla de estadista) el problema sólo ha estado aplazado en los dos últimos tercios del pasado siglo y lo que llevamos de este, primero por un régimen autoritario y posteriormente por un régimen democrático construido artificialmente sobre la base de un Título VIII de la Constitución que quizá sea esa precisamente la clave; ese Título VIII de la Constitución fabricado desde un valiosísimo consenso que ahora se pretende ilícita y deslealmente romper, pero cuya construcción sobre una base técnica que los más expertos maestros como García de Enterría y tú – ambos de indudable talla intelectual, esta vez sí – se encargaban de enseñarnos con verdadera maestría, en definitiva muchos también criticábamos por, pese al valiosísimo consenso, lo que de provisionalidad y artificialidad presentaba a la vista de la historia, recordarás que yo te decía.
ResponderEliminarNadie, absolutamente nadie, estamos completamente de acuerdo, se ha ocupado jamás del problema catalán, como nadie, jamás, se ha ocupado de desarrollar mediante los instrumentos normativos a su alcance (y por ende, de obligado empleo) aquéllos derechos fundamentales y libertades públicas que tampoco han interesado por el insoportable coste político, en ambos casos, que cualquier intento acarrearía para cualquiera con independencia de su signo político, y si no, a ver díganme ustedes quien ha sido hasta ahora o quien será en el futuro el guapo que se ha atrevido o se atreverá a regular el derecho de huelga o la libertad religiosa (mediante ley orgánica, naturalmente); vaya… ¿a que no?
Pues a TODOS los gatos hay que ponerles su cascabel: a los más fáciles, a los más difíciles, y también a los dificilísimos; y si no, pues miren ustedes, ninguno de los “poncascabeles” que tenemos me sirve – ninguno – por manifiestamente inútiles.
Me pillan ustedes en un claro “a vuelapluma”, mis disculpas anticipadas caso de haber incurrido en alguna falta de rigor histórico.
Gracias Zaydun, mi querido amigo, como siempre tan riguroso y exacto. Gracias por tu comentario, más bien articulo, que ojalá que repitas con toda la frecuencia que quieras, pero con el encabezamiento que mereces como LA OPINIÓN DE ZAYDUN
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