La
Opinión de Julián Delgado que será publicada en el Diario “Ultima Hora” de
Mallorca el próximo sábado día 23
Más dinamita
Julián Delgado. Escritor
En cualquier país de nuestro entorno, no digamos fuera de él, en el que
hubiera ocurrido la cuarta parte de lo que el separatismo catalán ha venido
perpetrando en estos últimos años, sus dirigentes estarían cumpliendo una larga
condena y el autogobierno de la región habría sido suspendido. Así ocurrió hace poco en Irlanda del Norte, y hace 83
años, en el mismo escenario catalán.
Pues ahora, cuando los golpistas ven que los guardias civiles han dejado
su tren en vía muerta, se rasgan las vestiduras y los que se han ciscado en
todas las leyes españolas e internacionales, los que han reventado la
democracia desde el mismo poder, tachan al Estado de represor cuando lo que ha
hecho es poner la Ley por delante de su abuso.
No tiene escrúpulos en llamar a tomar la calle, al más puro estilo
fascista, matonista, sin importarles las graves consecuencias que de ello
pueden derivarse. Ponen en manos de la CUP y de sus franquicias a masas que no
son la famélica legión, sino clase media con cinturones explosivos llenos de
mitos decimonónicos y otras cargas emocionales.
Pero por lo visto, en lugar de
encarcelar a los culpables de un delito de lesa patria, analizar el por qué
hemos llegado hasta aquí, corregir los errores cometidos, recuperar la
educación como competencia estatal intransferible y luchar contra las
tergiversaciones del separatismo, el arreglo propuesto es el del apaciguamiento. Ahí está Sánchez predicando
conceder más competencias y acomodar la Constitución al gusto de los rebeldes,
como si no fuera esa la causa que ha hecho este país ingobernable e
insostenible y ha permitido sublevarse al Gobierno de la Generalidad. Como si
eso fuera lo que reclaman los españoles y no el que se ponga racionalidad al
modelo de Estado. Las propuestas que están sobre la mesa se dirigen hacia la
claudicación ante los separatistas, pensando erróneamente que pueden frenar sus
arrebatadas pasiones con cambios constitucionales que vacíen el Estado de
competencias, que permitan borrar todo vestigio de España en su territorio, que
hagan imposible un proyecto común, que lo erosione y mine su misma existencia.
Su propuesta es proporcionar más dinamita a los que pretenden destruir
España.
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