Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

miércoles, 6 de septiembre de 2017

La Opinión de Julián Delgado

Artículo que será publicado en el Diario “Ultima Hora” de Mallorca el próximo sábado día 9
ROTAS LAS HOSTILIDADES
Julián Delgado. Escritor

      Una vez llegados al punto de no retorno, declaradas las hostilidades por parte de la Generalitat, toca poner término, por parte del Gobierno de la Nación, a la delirante aventura separatista. Cataluña, que es la región europea con mayor autogobierno, que disfruta de una amplísima autonomía política, financiera y administrativa, que se incardina dentro de un país tan democrático como España, donde, después de años preparando un golpe de Estado, no hay ningún dirigente secesionista en la cárcel, Cataluña, su gobierno autonómico, ha decidido situarse al margen de la legalidad constitucional y del derecho internacional, para dar un golpe de Estado abusando de su exigua mayoría parlamentaria. 
      Por enloquecidos que estén estos dirigentes, saben de sobra que no van a poder realizar el referéndum. Por tanto, debemos preguntarnos cuál es su objetivo real. Creo que no es otro que el de causar el mayor daño posible a España, debilitarla, buscar su desprestigio, provocar acciones que la dejen en ridículo o, lo que es peor, como verdugo de un pueblo pacífico, todo ello con vistas a conseguir más apoyos en las inevitables elecciones y a repetir el intento en una situación más favorable. No hay que olvidar que la adhesión incondicional a la causa separatista lleva a no reparar en medios para conseguir sus fines; por más abyecto que nos parezca este camino, ellos lo recorrerán.
      Los frentes con los que se va a encontrar Rajoy son el jurídico, en el que hay que esperar que no haya problemas si el TC está por la labor; el político, que adolece de cierta debilidad, pues Sánchez no es de fiar, menos por su ideología que por su necedad política; el logístico, evitar que se abran colegios, localizar las urnas, papeletas, censo… Pero donde tendrá que combinar prudencia y firmeza es en el mantenimiento del orden público. Todo apunta a que sea ese el talón de Aquiles del desenlace del procés, porque, llamada la multitud nacionalista a que tome las calles, del drama a la tragedia se puede pasar en un segundo. Sobre todo con unos antisistema profesionales de la agitación dispuestos, como se vio en el asedio al Parlament, a utilizar la violencia.
      Y no puede fallar. Ninguna nación se deja mutilar callada.    


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