Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 10 de agosto de 2017

La Opinión de Julián Delgado

Artículo que será publicado en el Diario “Ultima Hora” de Mallorca el próximo día 12 de Agosto

Perfidia
Julián Delgado. Escritor

      Sánchez ha asumido la tesis del PSC y PSE de la plurinacionalidad de España, y la ha convertido en dogma y talismán para el nuevo PSOE, para borrar del mapa ideológico socialista uno de sus principios esenciales: la igualdad de todos los ciudadanos. Como nadie ha explicado en qué consiste el plurinacionalismo y no existen en la actualidad referencias en otros países, es preciso que Pedro nos lo aclare. De momento, en cada uno de los cinco congresos regionales se ha dicho una cosa distinta.

      Por lo que han afirmado, pretenden que el modelo de marras no afecte a la soberanía nacional ni al modelo básico del Estado. Si es así, defraudará a los nacionalistas, pues, para ellos, el término nación es una exigencia política ligada a la aspiración soberanista. Así, la reescritura del artículo 2 de la CE sería innecesaria, ya son reconocidas las naciones culturales. Su modificación podría desembocar en el caos. El Estado democrático se compone de ciudadanos libres e iguales, no de naciones con poderes distintos.

      Si por el contrario, lo que pretende el PSOE es reconocer las aspiraciones nacionales dotando a ciertas comunidades de mejor financiación, más competencias, Justicia entre ellas, mayores inversiones, quitas fiscales..., o sea, asimetrías de poder y de recursos, sería un burdo error y una perfidia política. Resultaría sorprendente que esa fuera la propuesta de un partido de izquierdas, que se sumase a la exclusión, base de la construcción ideológica del nacionalismo, que sólo acepta la identidad nacionalista, superior al resto, y se cree con derecho a imponerla. ¿Es socialista premiar con privilegios el mezquino egoísmo de los que se quieren separar para no tener que ayudar a las regiones más pobres y por considerarse superiores?


      Zapatero asumió, antes de conocerlo, el Estatuto de Maragall, que acabó en el más rotundo de los fracasos y fue el origen del desafío de hoy. Ahora es Sánchez el que, siguiendo a Iceta y Elorza, asume esa patochada de España nación de naciones. Pienso que para que haya tomado tamaña decisión en materia tan crucial, han confluido la obsesión por desmarcarse del PP, el oportunismo, una ambición patológica y su ignorancia supina de la historia de España.  

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