La Azotea
Y EN ESTO LLEGÓ FIDEL
1 de Diciembre 2016
No puedo conocer pero sí al menos intuir que muchos de los
lectores de estas reflexiones desde mi Azotea, estarían fundamentalmente de
acuerdo en que la estructura política de nuestra democracia ha quedado mutilada
hasta la esclerosis. Nadie nos explicó y menos nos convenció de la perversidad
aquí y ahora del bipartidismo, de las decisiones mayoritarias del sistema
representativo, de la necesidad de aceptar el juego de las mayorías solamente
limitado por el marco constitucional, controlado por su jurisdicción específica
y el resto del ordenamiento jurídico.
Es que ahora, el protagonismo no pertenece a los ciudadanos y
los cuerpos sociales intermedios, ni con mucho al tercer estado por el que se preguntaba y respondía Sieyés en 1789:
¿Qué es? Todo, la Nación entera; ¿Qué ha sido hasta ahora en el orden político?
Nada; ¿Cuáles son sus exigencias? Llegar a ser Algo. Pero no crean porque al
igual que el abate Sieyés se interrogaba sobre su existencia y protagonismo en
fechas tan convulsas, el comunista Iglesias en las actuales - no menos
procelosas - parece tener la solución en la invocación continuada y casi
siempre gratuita, de ese mito difuso y confuso de la “gente”. Algo inserto,
aunque indefinible, en el populismo radical que él representa y que está
consiguiendo rescatar y reconducir, desde la dictadura blanda de la
partitocracia al paraíso comunista del pensamiento único y de ser posible de
partido único.
De manera que ahora quien únicamente tiene claro y defiende
modelo de sociedad inequívoco es el populismo podemita. Y tiene eco, no
esencialmente entre las víctimas de la globalización y destrucción de
ideologías, sino entre los acomodados del sistema que tratan de proyectar sus
frustraciones y resentimientos en el caos de la destrucción del propio sistema
que les permitió y amparó el encumbramiento social. Es la novedad obsesiva, tan
angustiosa como peligrosa de nuestro tiempo y, al menor descuido no lo duden,
inevitable. Bueno, también les brilla la obsesión a los nacionalistas,
catalanes o vascos, es cuestión de matices y de oportunidad. Su modelo es tan
diáfano como posible: constituirse en naciones que posteriormente reclamen un
Estado que los dote de personalidad jurídica internacional. Es decir, con
soberanía adquirida o arrebatada al inútil y fondón Estado español constituido
y adormilado. Así pues, el populismo comunista trata de destruir el Estado
constituido, para hacer germinar otro constituyente, en la síntesis del proceso
dialéctico. Los otros, los nacionalistas tontamente llamados moderados, destruir
también el Estado, pero desgajándose del constituido para construir uno propio
tras un proceso constituyente. Son los dos polos de la historia que convergen
en el centro de un proceso infernal, diabólico.
¿Y
quiénes son los guardianes de ese Estado devenido a residual? Pues los tres
partidos políticos, auténticas máquinas de poder e influencia que han
monopolizado la vida política hasta dejarla exhausta e irreconocible. Ya sé,
unos más que otro pero formando en cualquier caso un trío tan desvencijado como
inútil para hacer frente a ese doble desafío, descontado el europeo amenazado
por las hordas medievales del islamismo, que no es poco. Ya ven los populares, ya
mismo mutando a populistas, con la cabeza baja sobre la mesa del diálogo
infinito, viendo como deshacen su escasa obra legislativa que al menos sirvió
para salvar la Nación de la estúpida y reaccionaria etapa zapaterista. Se perturbaron
ante la posibilidad deseable de nueva convocatoria de elecciones y van a desollarlos
con humillación en el altar de la representación, mientras los sumos sacerdotes
del progresismo retro, entonan viejas canciones de utopías imposibles. Y en el
coro sin dirección ni partitura, con vocación de perejil de todas las salsas,
los ciudadanos de C´s, en la búsqueda incesante de una ideología que les impida
ese correr de aquí para allá sin encontrar un solar donde construir algo. Y los
socialistas, no sé si democráticos o presocráticos, nuevamente en la periferia
de la ciudad-estado y despreciando el aserto de que el conocimiento es virtud. Ya
ni tan siquiera se divisa con claridad si el pobre Sánchez o la ambiciosa
socialperonista Susana; pues menuda alternativa, aunque todo queda para
después, aunque no sepamos de qué.
Y mientras, un vendaval universal de progresismo de
temporada, acompaña las enigmáticas cenizas del Comandante, una figura
histórica tan notable como despreciable; para colocar con urgencia en el
siniestro mausoleo de los tiranos; sin más honor que haber luchado contra el
progreso y hundido su hermoso país en la pobreza y la desesperanza. Nada le
debe la humanidad, salvo haber contribuido a mantener en desamparo a cientos de
miles de menesterosos, con destreza, pero aplicando con crueldad sangre, sudor
y lágrimas. Con su descanso, descansamos los demás, aunque sea brevemente,
porque debemos permanecer alertas ante las posibles fechorías de tantos de sus
admiradores y discípulos.
… Y en esto llegó Fidel…
Aquí pensaban seguir
jugando a la democracia
y el pueblo que en su desgracia
se acabara de morir.
…Y en esto llegó Fidel…
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