Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 6 de octubre de 2016

La Opinión de Julián Delgado

Artículo que será publicado por el Diario “Última Hora” de Mallorca el próximo sábado día 8 de Octubre
  
El SOCIALISMO EN SU LABERINTO
Julián Delgado. Escritor

   Desde que Zapatero se creyó que había llegado a la Moncloa por sus excelsas cualidades y no que era un tonto útil de Maragall y otros barones, que no quisieron que fuera Bono el elegido, y dio rienda suelta a sus delirios, el PSOE dejó de ser un partido que apoyaba el sistema liberal democrático y derivó hacia la confrontación antisistema. También Sánchez creyó que había sido elegido por las bases gracias a sus grandes méritos, y no que era un líder de paja, porque fue Susana la que movió esas bases para neutralizar a Madina. Este chico no vale, pero nos vale, dijo la Sultana.
   Si, Pedro es un líder inconsistente y mediocre que va detrás de las bases en lugar de conducirlas, a veces, por caminos difíciles, pero necesarios. No tiene proyecto, y su  vacío ideológico hace que su único pensamiento político sea echar al PP.
  Sus delirios de poder han desatado las distintas almas del partido provocando un feroz enfrentamiento. El PSOE perdió su identidad, como sus semejantes europeos, cuando la socialdemocracia fue asumida con fe por las fuerzas conservadoras. Hoy, hay dentro del PSOE un partido que pretende ocupar el centro izquierda, que busca el reformismo, frente a otro podemizado que se identifica con los postulados de Iglesias, profesa un odio cerval a la derecha y no la acepta como alternativa de gobierno. Mientras unos pretenden mantener el desgarro moral de las dos Españas abrazando el guerracivilismo, otros hacen esfuerzos por el acercamiento. Hay otro socialismo que sigue buscando la tercera vía fracasada con Blair y Schroeder. Por último, hay un PSOE que defiende un Estado fuerte y se identifica con orgullo con sus símbolos nacionales, ante otro de tendencia federalista, que no hace ascos al derecho a decidir y trata a aquellos con desdén. Así, el votante socialista no puede saber a cuál de ellos vota.
   El PSOE ha quedado atrapado entre el PP, al que le cuesta disimular su deseo de nuevas elecciones, a las que llegaría con clara ventaja, y que puede permitirse poner condiciones a la investidura, y los neocomunistas de Podemos, que se ven ya como líderes de la oposición. El cerril empecinamiento de Sánchez y su infantil "no es no" han llevado al partido a un intrincado laberinto.


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