Artículo
que se publicará mañana en el Diario “ÚLTIMA HORA” de Mallorca
Los desafueros de Colau
Julián Delgado. Escritor
Durante años, a lo largo
del llamado Procés, las autoridades catalanas
no han parado de ningunear y ofender al Estado y a sus representantes. Los
agravios son innumerables; uno de los más ofensivos fue aquel en que se ocultó
el retrato del Rey en la Generalidad ante las narices del ministro Montoro, al
que le faltaron reflejos y arrestos para tirar del lienzo. Otro incidente
indignante fue el forcejeo con la bandera española en la balconada del
Ayuntamiento barcelonés, cuando un concejal argentino intentaba quitársela a un
regidor del PP. Bien reciente está el desprecio mostrado por la alcaldesa Ada
Colau con los militares en el Salón de la Enseñanza, a los que advirtió de que
no eran bien recibidos. El último, por ahora, ha sido con motivo de la Semana
de la Poesía en Barcelona, donde, como siempre, se ha utilizado la cultura como
instrumento ideológico partidista. Ante las ofensas sistemáticas, el Gobierno
capitula: no responde o lo hace con timidez, no se vayan a molestar.
Esta vez le ha tocado a otros
representantes del Estado, los policías nacionales, recibir el exabrupto en
forma de plafón colocado en las inmediaciones del complejo policial de La Verneda, con
un texto de Bukowski
que, refiriéndose a unos policías, dice: ¿Por qué no enviamos/ a
esos muchachos a morir/en alguna guerra?/sus madres no habrían/llorado más de
diez minutos". Es una bajeza moral, un improperio soez, cargar contra unos funcionarios
cuya misión no es otra que proteger a la ciudadanía. Cuando, además, lo hacen
con tanta eficacia como para situar a España entre los países más seguros del
mundo. Otro tanto pasa con las Fuerzas Armadas, que con el presupuesto más bajo
de la UE, cumplen su misión constitucional y las misiones en el extranjero con total satisfacción. Así
lo entienden los ciudadanos, que, desde hace años, sitúan a estas dos instituciones a la cabeza de
su reconocimiento en
las consultas del CIS.
Solamente
la actual situación del PSOE, roto, perdido y al borde del colapso, explica que, por hacerse un hueco en el
pesebre, un partido al que con Felipe González votaron bastantes policías y
militares, forme hoy parte del gobierno de la ciudad que es capaz de cometer
estos desafueros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario