Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

viernes, 20 de mayo de 2016

La Opinión de Julián Delgado.

Artículo que se publicará mañana en el Diario “ÚLTIMA HORA” de Mallorca
Los desafueros de Colau
  Julián Delgado. Escritor
   Durante años, a lo largo del llamado Procés, las autoridades catalanas no han parado de ningunear y ofender al Estado y a sus representantes. Los agravios son innumerables; uno de los más ofensivos fue aquel en que se ocultó el retrato del Rey en la Generalidad ante las narices del ministro Montoro, al que le faltaron reflejos y arrestos para tirar del lienzo. Otro incidente indignante fue el forcejeo con la bandera española en la balconada del Ayuntamiento barcelonés, cuando un concejal argentino intentaba quitársela a un regidor del PP. Bien reciente está el desprecio mostrado por la alcaldesa Ada Colau con los militares en el Salón de la Enseñanza, a los que advirtió de que no eran bien recibidos. El último, por ahora, ha sido con motivo de la Semana de la Poesía en Barcelona, donde, como siempre, se ha utilizado la cultura como instrumento ideológico partidista. Ante las ofensas sistemáticas, el Gobierno capitula: no responde o lo hace con timidez, no se vayan a molestar.
   Esta vez le ha tocado a otros representantes del Estado, los policías nacionales, recibir el exabrupto en forma de plafón colocado en las inmediaciones del complejo policial de   La Verneda, con un texto de Bukowski que, refiriéndose a unos policías, dice: ¿Por qué no enviamos/ a esos muchachos a morir/en alguna guerra?/sus madres no habrían/llorado más de diez minutos". Es una bajeza moral, un improperio soez, cargar contra unos funcionarios cuya misión no es otra que proteger a la ciudadanía. Cuando, además, lo hacen con tanta eficacia como para situar a España entre los países más seguros del mundo. Otro tanto pasa con las Fuerzas Armadas, que con el presupuesto más bajo de la UE, cumplen su misión constitucional y las misiones  en el extranjero con total satisfacción. Así lo entienden los ciudadanos, que, desde hace años, sitúan a estas dos instituciones a la cabeza de su reconocimiento en las consultas del CIS.
   Solamente la actual situación del PSOE, roto, perdido y al borde del colapso, explica que, por hacerse un hueco en el pesebre, un partido al que con Felipe González votaron bastantes policías y militares, forme hoy parte del gobierno de la ciudad que es capaz de cometer estos desafueros.     



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