Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

domingo, 10 de abril de 2016

La Opinión de Julián Delgado


Artículo publicado ayer sábado día 9 de Abril en el Diario "Última Hora"y que por diversas circunstancias no pudo editarse con anterioridad en el BLOG
La Crisis de España
Julián Delgado. Escritor
   Da la sensación de que no somos conscientes de la gravedad de la situación por la que atravesamos, que a mi entender es tan grave como la que se superó durante la Transición. Después de casi cuarenta años, vivimos la primera crisis de nuestra democracia: se han erosionado los valores que la hicieron posible y el sistema no ha dado respuestas satisfactorias a la actual crisis económica, social y política. Durante este tiempo se ha ido debilitando la autoridad del Estado en favor de las regiones hasta hacerlo difícilmente gobernable, se ha perdido la perspectiva de un proyecto común y el pulso separatista nos desafía, mientras  el proyecto europeo se debilita. Aquellas dos Españas que nos esforzamos por enterrar al final del franquismo han surgido de nuevo con toda su crudeza de la mano de una izquierda que parece no tener otro objetivo político que destruir a la derecha, heredera según ellos del franquismo y, por lo tanto, inasimilable. Solamente la izquierda es democrática. Ese es el mensaje. Y el PP, huérfano de ideología, ha abandonado su propio proyecto, ha mantenido la nefasta herencia zapateril y se presenta ante los electores simplemente como un buen gestor, aunque sea con políticas ajenas a los intereses de sus representados. No es extraño que ambas fuerzas, lastradas por la corrupción y la incompetencia, hayan parido sus respectivos pares.     
   Mientras la prensa, parapetada en sus respectivas trincheras, hace fuego a discreción, la sociedad, cada vez más alejada de los políticos y más preocupada por la política, vive con inquietud el presente y con temor un futuro que se le antoja oscuro para sus hijos.  Sobrevive abandonando el lastre que puede representarle el compromiso, y va a favor de la corriente, no sea que se ahogue en esta sociedad líquida. Falta de convicciones y valores, se abandona a la fuerza dominante de ese fluido espeso: a la equidistancia, al buenismo, al relativismo, a lo correcto; a todo aquello que no moleste al pensamiento dominante, olvidándose de referentes que siempre le fueron incuestionables.
   Si Pedro y Pablo formaran gobierno, este sería el castigo a pagar por nuestro hedonismo irresponsable. Unas nuevas elecciones serían el mal menor. 


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