Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 10 de marzo de 2016

La Opinión de Julián Delgado

Artículo que publicará el Diario “Última Hora” de Mallorca el sábado día 12 de Marzo
Por un beso de la Flaca, daría lo que fuera
Julián Delgado. Escritor
  ¿Le va a cantar esta canción Pedro a Pablo, reclamando un beso que selle el pacto de progreso? Resulta patético ver al secretario general de un partido centenario, que ha contribuido de manera notable a construir la España democrática, que nos incorporó a Europa, que supo ocupar el espacio de la socialdemocracia europea y sacar al país de las tinieblas de la dictadura, verle, digo, traicionando aquellos principios y pasando por alto la grave ofensa a Felipe González, artífice de ese legado. Este personaje insolvente, de insoportable levedad intelectual, es capaz de callar ante la más deshonrosa humillación con tal de no molestar al único que le puede sentar en el sillón de la Moncloa. Es lamentable advertir como la actual dirección del PSOE mantiene una línea política que le acerca peligrosamente a Podemos y le aleja cada vez más del liberalismo. Y es triste ver al otrora partido de centro izquierda reclamando las atenciones del partido instalado en el Ministerio del Tiempo estalinista, que utiliza los métodos más toscos de la agitprop, la amenaza, el insulto, el odio y la mentira; el que quiere sacarnos de Europa, abandonar el euro y la OTAN; el que tiene como primer objetivo reventar el sistema desde dentro e instalar el modelo bolivariano en el sur de Europa.
  Es cierto que Sánchez va de la mano de Rivera porque su partido no le deja que salga solo cuando va de pactos, pero es evidente que su intención es ponerle los cuernos con la Flaca. Mientras tanto, la pareja está empeñada en quitarse de en medio a Rajoy, que sin ser un líder ideal, si se les compara con los otros tres, es Churchil. Parece que si la ejecutiva socialista no lo remedia, veremos a Pedro morrearse con Pablo y con un referéndum bajo el brazo.
  Así pues, no hay ningún acuerdo posible para formar un gobierno capaz de afrontar con solvencia los retos que tiene España por delante, pero no hay por qué considerar unas nuevas elecciones como una catástrofe. Lo peor que podría ocurrir es que todo quedara igual, pero también sería posible que sirviera de segunda vuelta de las celebradas en diciembre y facilitara la formación de un Gobierno solvente. La catástrofe, de verdad, sería que gobernara el populismo de izquierdas.


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