Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

domingo, 3 de enero de 2016

La Opinión de Javier Pipó.


La Azotea 


…Y LLEGÓ 2016


   De igual manera titulaba por estas mismas fechas desde mi Azotea del Diario “Córdoba” la llegada de 2014 y de 2015, recién finalizado. No puedo aventurar mantener el título en 2017 porque igual el panorama no sea a contemplar sino a lamentar. Y desde luego niego haber encontrado un cómodo rótulo coincidente con el comienzo de un nuevo año. Si acaso, afán por resaltar el panorama nacional y, como no, el de Andalucía, divisados en el estancamiento, en la desorientación y con cierta vocación de empeoramiento.

  Si bien desde el comienzo de 2013 reclamaba una solución para el Estado, al que consideraba imposible, en Enero de 2014 demandaba tres remedios para tres dificultades. La de un rey maltrecho y desprestigiado a pesar de sus impagables servicios a la Nación; la de un Gobierno Rajoy genéticamente débil, persistente en los errores y vacilante en las decisiones y de nuevo, la del Estado, al que consideraba y sigo considerando viejo, alojado en edificio ruinoso. Pero también solicitaba que desde el Estado se iniciara una lucha implacable contra la podredumbre que desprestigia la Nación y sus instituciones; la neutralización del independentismo, irreversible desde hace treinta años y una reforma de la Constitución, camino de un Estado unido y viable. Cuestiones todas ellas apropiadas para 2015 y sin duda para 2016, aunque al menos y no es poco, la sustitución del Rey resultó ejemplar. En aquél 2014 que ya me parece lejano, contemplaba la imposibilidad de que tanto populares como socialistas ganaran unas elecciones y cuando se celebraran, de seguir la deriva de mitad de legislatura, el resultado aparecería como nefasto para los intereses nacionales, con un Parlamento italianizado o en proceso de frentepopulismo. Simplemente persistencia en la observación.

   Y llegado 2015, perdida la esperanza regeneracionista y la de reforma del Estado, aún ponía ilusión en un acuerdo final entre populares y socialdemócratas para salvar el sistema. Imposible. La cuña de C´s, ilimitada en sus pretensiones y recortada en sus resultados ha supuesto un mazazo tan innecesario como inútil para el desenvolvimiento de las relaciones políticas entre constitucionalistas llamados a entenderse inexorablemente. El resultado de las elecciones ha culminado un año perdido y seguramente irrecuperable para una Nación profundamente dañada en la ética social y en sus instituciones democráticas.

   El año 2016 seguramente resultará manifiestamente mejorable para la Nación española, hasta en sus magnitudes económicas. El taponamiento de la democracia que impide su desarrollo, debe comenzar por el abandono de Rajoy tanto del Gobierno como de la presidencia del Partido, agradeciéndole desde luego los servicios prestados, que han sido muchos. Es político personalmente honesto, profesionalmente equilibrado y raramente sensato. Ha tenido ciertamente muchos puntos negros, pero quizá el mejor elogio que cabría hacerle sería su triunfo como insuperable Ministro de Economía del Gobierno. En cualquier caso acabó su etapa y es fácil sustituirlo, sin equivocarse. Y del tal Sánchez resulta difícil argumentar razones para su permanencia todavía al frente de un Partido tan importante, sólido y europeo como el socialista. Siempre me pareció un politicastro fútil, inadecuado, lenguaraz, un punto soberbio, ideológicamente hijo putativo de ZP y en consecuencia apropiado para el hundimiento de España y el trascendente Partido al que pertenece. Constituiría un lamentable desprestigio europeo e internacional de la Nación. De la aspirante Susana, personaje de los Quintero, andaluza perfilada por Canal Sur, en palabras del antropólogo Isidoro Moreno, hablaremos otro día.

 Alejados de sus responsabilidades los citados, responsables directos del estancamiento, se debería haber sondeado la posibilidad de un Gobierno constitucionalista a tres, aunque hubiese sido por tiempo inferior a la Legislatura. Todo ello, antes que nuevas elecciones de resultados inciertos y peligrosos, ante lo que parece una nueva, irreversible e irreconciliable división en dos bandos nacionales, pero anidando en uno de ellos no menos de un 30% de totalitarios antisistema. Ya ven, con los que el insignificante estadista Zapasanchez pretende pactar una solución de “progreso”. Que a eso se le denomine de progreso, solo se ubica en el lenguaje antiguo, ahistórico, populista y estúpido del bolivarismo tercermundista y dictatorial.

  A los Reyes Magos, que este año todavía no vienen acompañados de sus parejas, les pido para mi patria, ver resuelto o al menos minimizado su gigantesco problema de déficit. Seguramente de concesión imposible porque requeriría ajustes por no menos de 14.000 millones. Ya me dirán. Como la dificultad asociada de la deuda, que según FUNCAS está cercana al 350% del PIB entre pública y privada, o al paro y subempleo, que azota a millones de familias, llevándolas al desencanto y la marginalidad del sistema. O el caos autonómico que continúa su triunfal marcha hacia el desastre nacional, con políticos de medio pelo en devastación contínua del esfuerzo de anteriores generaciones. O sensatez para neutralizar la rebelión catalana incrustrada por el nefasto tripartito, el bandolerismo pujolista, la estupidez de Estado zapateril y los desesperantes informes marianistas de la Abogacía del Estado. Y que la reacción social resulte llevadera, cuando explote la sostenibilidad imposible de la Seguridad Social o de la sanidad que ya empezó con las desvergonzadas consultas colectivas.

  Soy consciente con Raul del Pozo que siempre estuvimos gobernados por zoquetes y bribones y sigo sin creer en la función moral del Estado, pero sí en el valor ejemplarizador de su conducta o que al menos no nos arrebate la libertad que no nos concedió.

  Feliz 2016 y tampoco este año demos por supuesto ni la democracia ni la libertad

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