Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

viernes, 14 de agosto de 2015

Otras Opiniones. Julián Delgado


 

Artículo que será publicado en el Diario ÚLTIMA HORA de Mallorca, el sábado día 15 de Agosto

LA CORRUPCIÓN INTELECTUAL Y MORAL

Julián Delgado

Los nacionalistas han llegado a convencer a algunas almas cándidas de que no hay que sacralizar la Constitución, pero esto es un sofisma envenenado. Su texto determina el diseño del Estado, define sus valores superiores y recoge los derechos y deberes de los ciudadanos, establece el Estado de derecho. Ahí es nada, ordena nuestra convivencia. Pero para los secesionistas, la CE es un obstáculo para sus objetivos, y, para conseguirlos, se sienten en la obligación de dinamitarla. No  les importa incumplir las leyes porque creen estar más allá del derecho: como todos  los fanáticos, la fe en la causa es su única ley. Deberemos tener esto bien en cuenta ahora que todos se afanan en la reforma constitucional. Porque puestos a reformar y a delimitar competencias, sería conveniente que el Estado recobrase la de enseñanza.  

El Estado–Nación es un proyecto colectivo sostenido a lo largo de los siglos. Este proyecto es memorizado, conmemorado, transmitido de generación en generación, en especial por la familia y la escuela, que integra el pasado común en el espíritu de los niños y adolescentes, reviviendo los sentimientos, éxitos y fracasos de la historia propia. Por eso, la enseñanza es insustituible para el arraigo de la identidad nacional española. 

En cambio, en Cataluña, la enseñanza se utiliza con fines perversos para ocultar la historia común, para el adoctrinamiento separatista y para condicionar el pensamiento (Enkevist), lo que pone en peligro el proyecto democrático conjunto. Según la Academia de Historia, se da segmentación, ocultamiento, parcialidad, falseamiento, tergiversación, manipulación mitológica, ideologización y exclusión, que pueden conducir al racismo y a la xenofobia. Y cuando se utiliza el castellano se seleccionan  fragmentos de contenido antidemocrático o ultraderechista para, de forma subliminal, ligar lengua española con ideología autoritaria.  

Hay que recuperar la ilusión de un proyecto común, combatir la manipulación de la historia y del presente y acabar con esta corrupción intelectual y moral. De no hacerlo así, controlado el poder, la educación y los medios por políticos oportunistas, se puede hoy realizar cualquier obra de ingeniería social. A la vista está.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario