Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

viernes, 28 de agosto de 2015

Otras Opiniones. José Luis Miró

Publicado en el Diario EL MUNDO edic. Mallorca, el 6 de Agosto


CÓDIGO PUK

CAMARADA XELO

José Luis Miró. El Mundo Mallorca

CONOCÍ a varios profesores de esos de «soy tu amigo, puedes tutearme». Fueron con diferencia los peores, porque un profesor no puede ser amigo de sus alumnos. Siempre preferí a los que mantenían la distancia; a los que ejercían, por así decirlo, de enemigos naturales: «Yo en mi tarima, usted en su pupitre; yo mando y usted obedece, porque así son las cosas. Y si se pasa de listo, caballero, le meto un puro que alucina». Las cosas claras desde un principio para saber a qué atenerse. 

 La educación actual, que ha llevado a España a los más altos niveles europeos de fracaso escolar, y a Baleares a ser la campeona nacional en la materia, está plagada de esos nefastos «profes enrollaos» que empezaron a prodigarse con la EGB de los 80 (muchos de ellos pertenecientes a la subespecie de seminarista con guitarra) y que hoy conforman una verdadera legión de adoctrinadores. Porque, no lo olvidemos, todos eran y son nacionalistas y dogmáticos.   

Pero la cosa no va de educación, que más que una asignatura pendiente es una causa perdida, sino de política. La analogía entre el profesor colega de toda la vida (de la nuestra, quiero decir) y el modelo que han adoptado muchos gobernantes me parece bastante razonable, no sólo por la tendencia que ambos
 
«Me aseguran que lo primero que hizo La Xelo cuando llegó al Parlament fue ordenar a todo quisque que la tuteara»
 
 comparten al andrajo y la sandalia; también por esa falaz camaradería con la que pretenden diferenciarse de sus adversarios, como si la revolución que han vendido consistiera en sustituir las rancias americanas y trajes chaquetas de la derecha por camisetas con salamandras y blusas frescas de señora mayor. O en mandar cartas patéticas al Rey de España, como la del inigualable David Abril. 

Me aseguran que lo primero que hizo La Xelo cuando llegó a la presidencia del Parlament fue ordenar a todo quisque que la tuteara y a continuación mandar a varios comisarios a que averiguaran si los ordenanzas y otros empleados de la institución habían sido obligados a tratar de usted a los anteriores presidentes. No me imagino –bueno, sí que lo hago– la cara que se le debió quedar a la camarada Huertas cuando le presentaron la conclusión de las pesquisas: «Dicen que lo hacían por educación y porque se lo enseñaron así sus padres». La misma jeta malhumorada, más o menos, que puso cuando al día siguiente de tener la ocurrencia de soltarle a Felipe VI que invirtiera el dinero del cóctel real en un comedor social leyó en la prensa que la habían pillado de marrón con su Audi A6 oficial de 50.000 euros y lunas tintadas, dejando a la vista que, por mucho que se deje tutear, ella también es casta.

 
 

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