Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

lunes, 6 de octubre de 2014

La Opinión Independiente de Javier Pipó


DE LA LEVEDAD DE LOS POLÍTICOS

Las últimas declaraciones del flamante líder de los socialistas españoles creo merecen algún comentario y me gustaría no pasara más allá de una crítica democrática a quien puede estar llamado a gobernar la nación española, o lo que quede de ella.

No quisiera aplicarle al Sr. Sánchez la acidez de Groucho Marx cuando dijo aquello de ser mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente. Aún es pronto. Pero nuestro líder, más producto mediático que trabajado en la briega del Estado, comienza a poder apreciársele lo que resulta común a la mayoría de los políticos españoles cuya profundidad rara vez pasa de la superficie.

Hombre, a estas alturas de siglo, en plena crisis económica y social, de valores y principios, dentro de una Europa declinante, tan amenazada como la propia España por el furor islamista, en plena y bárbara reconquista, no puede ser verdad que un líder joven, con ambiciones y posibilidades de gobernar una Nación con peso y tradición histórica, de economía desarrollada, diga sandeces de tal magnitud. Ha dicho varias, aunque ciertamente no todas igualmente vacías o peligrosas. Me quedo con las dos últimas.

La penúltima, hacía referencia a la necesidad de celebrar “funerales de Estado” por las víctimas de la “violencia machista”, una de esas frases de éxito acuñadas por la factoría del progresismo militante. Frase-síntesis de un feminismo de ocasión, de ida y vuelta, casi siempre ofensivo a la mujer que desarrolla sus derechos y posibilidades al margen de laboratorios, observatorios, consejerias, delegaciones e instituciones sin fin, de las que viven miles de militantes que jamás contribuyeron a la creación de riqueza nacional alguna. Como si la violencia contra la mujer no fuese una parte de la violencia propia de una sociedad desorientada, donde solo los audaces aparecen como dotados para definir el rumbo, al percibir la impunidad como recompensa. Pero hay otros sectores sociales también requeridos de protección legal del Estado, por su sufrimiento en silencio y ajeno a los ajetreos de una opinión pública unidimensional. Los niños en hogares cada vez más ásperos y desectructurados o los ancianos a los que la crisis de una sociedad enferma les destroza el último tramo de su existencia. Pero contra toda esta violencia o trato vejatorio e inmoral, se lucha con leyes sabias y justas a favor de la igualdad que se cumplan, con un poder judicial que imparta justicia rápida, sin atascos ideológicos y sin privilegios y con una educación de principios y valores, apartada de la ideologización y el encuadramiento. Y menos cantamañanas vividores de los slóganes progres del momento y de las instituciones a cargo del bolsillo de los contribuyentes.

Aquí, al Señor Sánchez le salió el zapaterismo que lleva dentro, como a Susana le sale el rojo. Pero claro, estos colores tienen cura, leyendo mucho, aunque la política sea la única ciencia para la que no se exige preparación específica alguna, viajando mucho y escuchando a los que saben. Y callando muchas veces y no olvidando que expresarse claramente es tan importante como tener algo que decir.

Porque claro, soltar la mamarrachada impropia y peligrosa de la necesidad de más gasto social,  haciendo desaparecer el Ministerio de Defensa, va más allá de lo tolerable, de lo admisible en un líder de banquillo. Pero no crean que hizo una rectificación humilde y en regla. Sus edecanes, muchos de ellos con título de robaperas en las más importantes academias del saqueo nacional, le prepararon una marcha atrás casi peor que la bobada inicial. Y digo esto porque hacer desaparecer el Ministerio de Defensa no lo cree nadie, cualquiera que sea su ideología. Ni siquiera el estalinista de la coleta al que quiere rebasar. Es verdad que demuestra una ignorancia supina y penosa sobre lo que es y representa la Defensa Nacional y su integración en la estructura de los objetivos colectivos y de preservación de un sistema. Pero intentar convencer a la opinión pública que aún le escucha que lo que quiso decir es la necesidad de rebajar sus presupuestos, es si cabe peor todavía.

¿Sabe el Señor Sánchez que el Presupuesto de Defensa aumentó en España en 19 años solo un 9,5%? Desde los 5.207 mill. euros a 5.745 mill. euros de 2014. Fíjense las comparaciones que podríamos hacer con el incremento de 445 millones en tantos años. Incluso hablando de Andalucía. Incluso hablando del FLA y otras gabelas. Pero es más, en aquél año, los gastos de personal representaban el 53,5% del total, mientras que los de material se elevaban al 46,5%. Este año, los de personal están en el 77% y los de material en casi el 8%. Y por nuestros compromisos internacionales. De manera que está por imaginar el estado de nuestro material de Defensa.

Pues esto es lo que hay. Y por cierto, si en vez de Sánchez nos cae Madina, la ilustre Valenciano o el tal Gómez, la cosa estaría para salir corriendo. Cosa que tampoco descarto. Pues eso.


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