LA AZOTEA
LAS CLÁUSULAS
5 de Noviembre 2013
Hoy se ha conocido un auto
judicial del Juzgado de lo Mercantil de Córdoba parecido a los edictos
imperiales, al ius edicendi, que solo el soberano emitía. Es auto que trata de restablecer
la justicia negada al “consumidor” de créditos hipotecarios. A los “consumidores
de servicios” de Cajasur, engañados con técnicas “opacas y poco transparentes”
en el decir de un Diputado cordobés, representante del pueblo burlado y soberano.
Miren, este tema es muy grave y a
él me quiero referir no desde la crítica jurídica, terreno en el que no me
considero especialista, sino desde la perspectiva sociopolítica. Y quizá deba comenzar diciendo
que tanto la Sentencia, de la que trae causa, como el auto que pone la guinda,
me parecen actuaciones judiciales contrarias al orden social, al bien común y a
los intereses generales.
El juez, en un Estado de Derecho,
no está para crear condiciones justas de convivencia, sino para impartir
justicia mediante la interpretación de las leyes promulgadas por el legislador. El juez no puede ser “sensible” a
la presión social al impartir justicia, sino imponer el imperio de la ley para
restablecer aquélla. Cuando se actúa invadiendo un terreno que no corresponde
se aplastan los intereses generales, también de los consumidores. De manera que dice el Juez que
las dichosas cláusulas suelo, “crean desequilibrio sustancial en los derechos y
obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor” ¿Y quién es el dichoso
consumidor? ¿Acaso no es una de las partes que intervienen en el contrato
bilateral el que se fijan derechos y obligaciones recíprocas? Ahora parece que
consumidores somos todos, como ente colectivo y genérico, a preservar con
prioridad y en consecuencia conducible con docilidad por el populismo reinante.
¿Cómo se puede de una parte
decir, que las cláusulas suelo no son nulas en sí mismas y por otra que solo
serán aquéllas incluidas con falta de transparencia? ¿Cómo se puede mantener que la
falta de transparencia consiste en no facilitar la misma información sobre las
condiciones de interés o de la existencia de la cláusula abusiva, existiendo
una gran variedad de ellas? ¿Cómo se puede señalar que la carga de la prueba no
corresponderá a los presuntos perjudicados en sus demandas individuales, sino a
la entidad, que debe acreditar la falta de información. ¿Cómo la acredita? ¿Y
los notarios y registradores, ya no sirven, por retrógados?
Miren, Cajasur se encontraba en
bancarrota y está saliendo a flote por el trabajo de sus empleados y el apoyo
de sus “consumidores”. Pero también porque una Entidad prestigiosa quiso
apostar por el progreso de una zona en regreso social y progresiva pobreza,
liderada por el más reaccionario peronismo durante más de treinta años. ¿Cuántos de sus más de 2.000
trabajadores serán victimas de jurisdicciones equivocadas? ¿Quién les consolará
diciendo que perdieron su puesto de trabajo pero ganaron los consumidores?
Este no es el camino. Ya está
bien de historia desgarrada de un pueblo que tras 35 años de franquismo le
siguen otros 34 de populismo delirante. Olvidense de Gates y sus
inversiones en FCC. Aquí no hay más cera que la que arde. Un Estado descompuesto
en el que dejaron de funcionar sus tres Poderes. Aquí falta seguridad jurídica,
que los Poderes Públicos sean predecibles y que la sociedad valore y defienda
sus Instituciones. Si no, solo queda la ruina.
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