Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

lunes, 25 de noviembre de 2013

La Opinión de Javier Pipó

LA AZOTEA


LA CAPITULACIÓN DE GRANADA
25 de Noviembre 2013




Ahora justamente se cumplen 522 años del importante Tratado de Granada, conocido así mismo como Capitulación de Granada, que fijó las condiciones de la rendición de los nazaríes a los Reyes cristianos, poniendo fin a la dominación musulmana de Al-Ándalus, que había durado casi ochocientos años.

La historia casi siempre se puede actualizar para concluir paralelismos o enmarcar realidades en hechos del pasado que nos enseñan y condicionan. Cuando los gerifaltes del socialismo andaluz propusieron Granada para celebrar su Congreso extraordinario, seguramente no pensaron en esa hermosa ciudad como inicio de una nueva reconquista, esta vez de sur a norte, ni en las tribulaciones del último rey nazarí Boabdil, cuando fue despojado del poder de su próspero reino, oasis esplendoroso en una Europa hundida en la ruina del siglo XIV. Dice la dulce leyenda que fue Aixa, la Honesta, quien recriminó a su hijo Mohammed XII, Boabdil el Chico, el Desdichado, que llorara como mujer lo que no supo defender como hombre.

Ahora es Susana Díaz, como antes Aixa, la que recrimina a Griñán el Simple, que deje de llorar lo que antes no defendió ni con ideas ni con acción. Que olvide el relevo generacional y otras bobadas similares, tan inocuas e inútiles como su etapa de Gobierno y de Partido. Que se marche a Barbaria a disfrutar de su pensión de lujo y de la impunidad que se presume de su lamentable etapa como gobernante.

La euforia del Congreso se basa en la creencia entre la base socialista, de que sus dirigentes serán capaces de enarbolar banderas de reconquista, bajo la sabia dirección de una joven y madura mujer que se ha colocado en primera fila del nuevo ejército salvador. Por eso Zapatero arengó la tropa asegurando que con Susana comienza la “recuperación”, ya ven, cuando creíamos que fue con él en España y con el simple de Griñán, en Andalucía. O las siempre sensatas y sólidas reflexiones de Elena Valenciano, cuando asegura que desde Andalucía se está “gestando el cambio”, cuando estábamos convencidos que el cambio se está gestando en Andalucía desde hace treinta años, aunque parece que se retrasa el alumbramiento. Casi tememos termine en la fábula del parto de los montes.

Miren, la fiesta de Granada no tiene motivos para la algarabía. Allí se escucharon discursos viejos, estilos caducos, expresiones nada innovadoras. La falta de imaginación destellaba  reflejos de cansancio, ausencia de ideas, desubicación ideológica, incluso en los más jóvenes, como el lumbreras y nuevo portavoz parlamentario, el insignificante Mario Jiménez. Todo muy visto, muy trillado. Así no se reconquista el Gobierno de España.

¿Y Susana? Pues aseada, sonriente, feliz. Hombre, es que no se ha puesto límite. Tras los años negros de Zapatero, cualquiera es capaz de aspirar a ocupar la Presidencia del Reino de España, incluso del Reino federal. Y ella es mujer, joven, aunque no suficientemente preparada. Pero siempre habrá alguien que en dos tardes le rellene las carencias. Además cuenta con un fenomenal aparato mediático que pone todo el empeño en crear un nuevo mito. Y casi lo está consiguiendo. Hasta ahora parece discreta, ambiciosa, maquiavélica en sentido renacentista, implacable con quien ose hacerle sombra. Por eso ha nombrado un Gobierno de oscuros, insulsos y cortos funcionarios del Partido. Parece incapaz como hemos visto, de decir en que consiste la reconquista, el cambio. Solo frases grandilocuentes, prefabricadas, vacías. No habla de la corrupción, pero sí repite que “hay que ser implacables” contra ella. Pero siguen las subvenciones clientelistas y a sus hermanos de UGT.

Ni una palabra contra el paro, aunque reconoce que tras treinta años, si se alcanza casi millón y medio de parados, “algo habrán hecho mal”. Ya ven. Ni una palabra sobre el fenomenal desastre de la educación pública. Es fácil conducir un pueblo con deficiente instrucción y sesgada información. Pero si ha dicho algo que produce erisipela en la piel de una opinión pública democrática nacional y europea: “El PSOE va a derogar todas las leyes bárbaras de Rajoy”. Y eso lo dice en presencia de Zapatero y apremiada por sus compañeros comunistas que le exigen subir impuestos, crear banco público, un “banco de tierras” y otras lindezas más cercanas a las democracias ruinosas del chándal, que a la socialdemocracia alemana. No parecía contagiada por la finura del esplendor nazarí que la albergaba.Habrá que observarla durante algún tiempo no sea que la gestación referida por Valenciano no pase del parto del ratón. Del ratón de Susanita, claro.

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