LA AZOTEA
PICOTAZOS (I)
Ya me dirán cómo se resuelve la sucesión de Rubalbaca, ese cuento que
nunca acaba. Mi comentario titulado LA REMONTADA de ayer día 2, finalizaba con un brindis
por la remontada de Rajoy, porque nadie puede dudar que la alternativa es de lágrimas y pobreza. Tendremos que añorar estadistas como González, que lo era, o cínicos y aspirantes a “maquiavelo” como Bono, de lo que presumía y los demás aceptaban. El panorama del banquillo
produce melancolía.
Desde Talegón
- ¿no
parece broma?- a Madina, pasando por López, pues ya me dirán si esto no es para temblar y temer lo peor.
Y no crean que olvido al tapado principal, Griñán. ¿Pero es posible? Posible es.
Un poco mayor, pero quien no. Ahí tienen a Napolitano o al gánster Berlusconi. Es verdad
que tiene edad de cobrar su tuneada pensión de oro, pero el tiempo la puede hacer susceptible de
mejorar aunque no llegue a la de Sáenz, desde luego. Reitero que tengo a Griñan por hombre con preparación y lecturas, con delicadeza
en las formas, con equilibrio en los juicios y respeto al adversario en la
exposición
de los mismos. Fue capaz de ingresar en Cuerpo tan prestigioso como Inspección de Trabajo, aunque no se sí llegó a pertenecer a ese club selecto
de Inspectores alrededor de uno de los grandes del Cuerpo y de la transición, hijo de familia de la alta burguesía, acomodada e ilustre. Aunque
lo parece por sus formas y talante. Pero como político habrá de ser calificado como muy mediocre, por ser generoso. Ya
me dirán
cual fue su obra para recordar, por ejemplo en el Ministerio de Trabajo. Ni una
mala palabra ni una buena acción. Y en la Junta de Andalucía, pues mejor no señalar, pero cuando se destape – Griñán es la Gran Tapadera- los
lamentos llegarán
hasta Bruselas y sentiremos vergüenza. Es verdad que heredar a Borbolla y a Chaves carece de
vocación.
Pero esta hermosa tierra tiene todos los parámetros negativos en materia
educativa, servicios sociales, paro y marginación. Sus datos macroeconómicos la ponen a la cola de
España
y Europa. Pero lo peor es el sistema de corrupción generalizada, clientelar, de
dependencia política
que atenaza la libertad de autodeterminación de un pueblo para merecer la consideración de libre.
Los socialistas - creo que carecen de idelogía socialdemócrata, la han desnaturalizado
- de los que Griñán es Presidente, llevan un
tercio de siglo gobernando Andalucía y ahora justifican su fracaso con el argumento de que los
datos del hundimiento obedece a condicionamientos históricos. Niegan hasta su propio
protagonismo y no quieren reconocer su extraordinaria incapacidad para
aprovechar el mayor crecimiento de España y Europa desde 1945. De manera que si este es el tapado y
Garzón lo es de IU, tenemos
tragedia para varias generaciones. Dios nos ampare.
Para nada puede sorprender la reacción de ese grandón inculto, bobo y peligroso de Maduro. Ya tiene acorralada a la oposición democrática y ahora quiere tantear la solidez de Margallo. Desde luego, a quién se le ocurre plantear la mediación ante un régimen dictatorial como el venezolano, que raya o rayará enseguida el totalitarismo. Con estos liberticidas no se negocia, solo cabe contemplar la forma de desalojarlos del poder y plantar la libertad para que florezca lo antes posible.
Los totalitarios del siglo XXI son como los del XX. Se
apoderan de las instituciones democráticas hasta su desnaturalización y con desparpajo, como en
Venezuela, conducen a uno de los países más bellos y ricos de la tierra hasta el precipicio sin fin
de la miseria. Les interesa la pobreza para poder mantener y justificar su
sistema de caridad comunista a través de subsidios que mantenga a la población dependiente y al servicio
del poder. Les interesa erradicar la ignorancia del analfabetismo para poder sumergir
a la población,
por sí
solos, en el pensamiento inabarcable del padrecito Chávez. Nunca será una educación integral de hombres libres
para una sociedad libre y en desarrollo.
Y esta basura ideológica es la que encandila a nuestros demócratas comunistas de las
huestes de Lara –
el del plan mágico
para acabar con el paro – Valderas y sus simplezas malévolas, Llamazares y sus serias
bobadas o Sánchez
Gordillo, que ya reclama impaciente un mono de brigadista. Resulta inexplicable que el buenismo internacionalista de
la Alianza de Civilizaciones del inefable Zapatero, todavía cale en mentes lúcidas como la de Margallo,
aunque ya se encuentre reducida a una simple tertulia de civilizaciones.
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