LA AZOTEA
LAS
TAPADERAS
Solo resonancias de la explícita obra de Syney Pollack de
hace 20 años
porque ahora asistimos a un bodrio siciliano sin la plasticidad del maestro. Lo
digo apesadumbrado e impotente al contemplar atónito el surgimiento frenético de tapaderas por aquí y por allá que ocultan burbujas de
pestilentes guisos en una Nación irreconocible y necesitada de regenerar integral y
urgentemente sus desvencijadas instituciones.
Ahí está Mas y su convergencia imposible buscando socios que le
ayuden en su improvisado proyecto y en el esfuerzo por tapar el bochorno de su
insignificante pequeñez política y su desmedida grandeza por enriquecer padrinos y
compadres. Pero veremos como los autores del derrumbre de Cataluña pactan ahora con los
depredadores del nacionallatrocinio. Todos unidos por la olla y a tapar
fervorosamente. Hasta el elegante Durán i Lleida, Presidente de la Comisión de Exteriores, que ahora
dice sin poder despeinarse, que desde los 22 añitos no es independentista
sino confederal y por eso apoya el derecho a decidir. Menos mal, pero le
recuerdo aquello de Ortega “o se hace literatura o se hace precisión o se calla uno”.
Nunca más cierto que la profundidad de los políticos rara vez pasa de la
superficie. Que le pregunten a Griñán. Va de sobrado y olvidó el aserto “el que busca la verdad tiene
el riesgo de encontrarla”. La encontró y la tapó. Era demasiado para un estilista de la política que difícilmente podía consentir que aquélla fuera patrimonio de quien
la pregona desde la otra orilla. Y claro, cuando los políticos no tienen capacidad de
gobierno crean comisiones. Consintió receloso su creación y ahora la califica de fiasco. Peor que fiasco es un
horror y un error.
A Colombey-les-Deux-Églises se retiró De Gaulle con grandeza, cuando perdió su gran referéndum. Sin grandeza, que se
retire Mas y se lleve a Griñán, ese simpático jubilado.
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