LA AZOTEA
DEMOCRACIA O FASCISMO
28 de Abril 2020
Pues creo que Iglesias,
leninista y agitador callejero, hablando desde el mismo Gobierno de España,
desde el Parlamento o poniendo en marcha al gentío, nunca nos dió el calibre
exacto de su farsa circense más que, cuando ha soltado al aire ese poema
delirante de que la batalla de Madrid se libra entre democracia y fascismo. Y
claro, él mismo se coloca en el bando civilizado de la democracia porque el
fascismo es todo lo demás. Y parece que hay un sector social que da por válida
esa tremebunda fanfarronada. Ya sé que como estalinista y zarrapastroso
bolivariano, Iglesias adquirió tan inmerecida relevancia desde que su
camarada el muy mediocre y parlanchin Sánchez le abrió la puerta del
Gobierno de la Nación que tan tramposamente preside y muchas de las
Instituciones clave del sistema que juntos pretenden derribar, una vez
arrasado.
Y todo quedó
contaminado de basura ideológica, de odio sin fin que llega no solo a utilizar
el BOE como Bando doctrinal, sino el mismo Ministerio del Interior, donde el
infame personaje que lo preside se permite con impunidad manifiesta, acusar al
primer Partido de la oposición como “organización criminal”; lo mismo nos
queda por ver cómo su policía patriótica es mandada a registrar la Sede,
en busca de sedicentes y mafiosos fascistas. O ese otro Ministro de Consumo o
algo así, explicando en su panfleto Por qué soy comunista, la repugnante
Transición y el papel de Santiago Carrillo, demoniaco traidor que fue capaz de
divagar sobre el Eurocomunismo, ese intento de conversión del PCE en partido
democrático, abandonando la violencia y la dictadura como medio de acción
política y como fin en la conquista del Poder, es decir el leninismo. De los
demás, como Abalos, Belarre, Montero o la otra Montero, mejor los
juzgue el futuro y pueda ser valorado el inmenso retroceso histórico que juntos,
están proporcionando a la Nación española.
De
manera que este peligroso dúo, y la manada que les acompaña y les da cobertura,
se han constituido en el mayor peligro para la democracia española, la Jefatura
de su Estado, la unidad como Nación y la Libertad como esencia definitoria. Ahí
los tienen como formaron valladar infranqueable, el pasado 25 de marzo junto a
los neonazis del PNV, los xenófobos independendistas catalanes, los
bilduetarras y demás mareas, rechazando en el Congreso la proposición
presentada por la Oposición, de condena del totalitarismo nazifascista y
comunista, en base a la Resolución similar del Parlamento europeo de 2019. Claro, resultaba imposible reiterar la
necesidad de conmemorar a las víctimas de estas aberrantes ideologías que
procediendo del tronco común socialista, sacudieron y bañaron en sangre gran
parte del siglo veinte europeo.
Y
resulta imposible porque el Secretario general actual del PCE, el muy conocido
bolivariano y defensor de las mas abyectas dictaduras sudamericanas, Enrique
Santiago, no está dispuesto a equiparar los crímenes de unos y otros.
Claro, durante la II GM, las democracias occidentales cometieron el inmenso
error de contar con Stalin para derribar el horror nazi como aliado más, aunque
representara la venganza de un totalitarismo sobre otro, aun habiendo firmado
el vergonzoso Pacto y reparto Ribbentrop-Molotov en 1939. Ese blanqueo impide
hablar de genocidio comunista, según la ONU en 1948, en pleno festejo de los
Aliados. Pero eso no impide hablar de matanzas o de Pol Pot, Kim Jong-Un, Mao, Castro,
o los crueles dictadores de la URSS, RDA, Polonia, Bulgaria, Rumania,
Checoslovaquia. De manera, que menos cinismo exigible a ese intelectual de
medio pelo, en doctrinas de Marx, Engels o Gramsci, porque ha
vuelto a la inmersión del PCE en el más puro y criminal leninismo. Y aunque hay
miles de testimonios, ahí tienen El libro negro del comunismo de Stephane
Courtois o entre nosotros, Memoria del Comunismo, de Jimenez
Losantos.
Miren,
naturalmente que en Madrid se enfrentan, por ahora en la buena confrontación de
los votos, por una parte, la democracia parlamentaria y constitucionalista y,
por otra, el fascismo. Pero el fascismo, lo representa cada vez con más nitidez
y descaro, el sanchismocomunismo que ojalá su instalación en el Poder dure no
más allá de lo necesario para que en España no se ponga el sol de la Libertad.
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