Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

martes, 19 de enero de 2021

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

 

LA AZOTEA

 

POPULISMOS

19 de Enero 2021

 

 

Desde esta Azotea de hace pocos días, sostenía el criterio de que durante el siglo XXI se afianzará el predominio de Oriente, esa otra parte del mundo suficientemente extensa y donde habita la mayoría de la población mundial, capitaneado por China. Y desde luego ésta, no descansa en tomar posiciones en todos los Continentes con su capitalismo de Estado, agresivo e implacable, y su desprecio comunista por los derechos humanos. Aprovecha la debilidad extrema de Occidente dirigido hasta ahora, por esa antorcha de la Libertad y la Democracia que en el último siglo y medio han representado Estados Unidos. Y también Europa, aunque en el mundo del pensamiento y la razón, dando un baño de humanismo al sistema liberal imperante y a luz, lo mejor de la teoría y las ideas políticas que alumbran el Estado de Bienestar, que desde mediados del siglo XIX implanta los mejores y más completos sistemas de seguros sociales y su significado de progreso y dignidad colectiva.

Y ya ven, por algo será, pero la próxima reunión presencial de la cumbre de Davos, se celebrará no en Suiza, sino en mayo y en Singapur, tras un tanteo on line este mismo mes de enero. Especular sobre su significado o el etéreo contenido dado a conocer, resulta inútil para este humilde comentarista, aunque se empeñe en olfatear su trascendencia. Y quizá deba añadir que ciertamente el comunismo chino ateo y beligerante contra cualquier creencia religiosa, deberá con dificultad completar su conquista con el mundo árabe, esencialmente creyente y en gran parte fanático, jugando sin duda papel fundamental. Pero también USA, ahora dividida y partida por mitad a causa del populismo trumpista que ha sacudido hasta sus cimientos, a pesar del éxito arrollador de su política económica. Se abre pues un periodo de expectación mundial ante el mandato de Biden o de su Vicepresidenta Harris, a la espera de regeneración y recuperación del liderazgo mundial perdido, sobre todo desde la etapa Obama.

Europa y sobre todo España, deberían aprovechar la lección norteamericana para apreciar los efectos devastadores del populismo en el orden mundial. Y es verdad que los que comienzan su implantación en uno y otro Continente, son de signo distinto e incluso contrapuesto, pero populismos a la postre y en consecuencia iliberales y contrarios a la democracia representativa. Y en ninguno de los Continentes separados por el Atlántico son novedosos en sus Historias políticas. Ahí están como memoria viva del fracaso de Naciones como Argentina, con el peronismo expansivo y antidemocrático; el experimento de desarrollismo autoritario chileno y la Escuela de Chicago tras él; la tragedia venezolana y el comunismo cubano de padrino totalitario en su hundimiento económico y ruina moral; la propia Cuba y su largo caminar de socialismo real o los disparates de Bolivia o el mismo Brasil. Y Europa, ha logrado hasta el momento, superar en progreso y bienestar los viejos regímenes autoritarios y socialfascistas portugués, español o italiano por no hablar de la miseria comunista que hundió media Europa en la indignidad.

Mientras en Europa asoma la sombra del autoritarismo facistoide, cuando no descaradamente nazi, en España ya llegó al Gobierno el germen disolvente del sistema, la Constitución y el espíritu cooperativo de la irrepetible Transición. Un personaje desarrapado, con aires profesorales, estalinista y bolivariano hasta las cachas, busca traer a la mesocrática Nación española el “alumbramiento de la organización política más democrática, ciudadanista (sic) y transparente de nuestra historia”. Y para eso invoca a Chavez como inmortal y trata de aprovechar la posición en que lo ha situado la felonía sanchista, para abrir la que llama “ventana de oportunidad” en la conquista del Estado. Ahora, ya, con un Estado débil, desbaratado, hundido en la bancarrota y azotado por una pandemia de consecuencias imprevisibles.

Al alcance de quien lo desee ya existe un amplísimo inventario de disparates ajenos a la razón ilustrada y el avance del pensamiento político occidental. Una avalancha infumable de eslóganes revolucionarios, cuando no estúpidos, como “el socialismo es democracia sin fin” o “amor” que diría Monedero. Y no se cortan ni desde el mismo Gobierno que copresiden Un caudal de avisos y amenazas, desde la Corona a la libertad de expresión, suficiente como para que hubiesen desaparecido del escenario político tras su ilegalización, como enemigos declarados de la Constitución, la unidad nacional, la paz y el bienestar social, el desarrollo económico, la democracia, y en suma la libertad. Y nadie debe esperar un desalojo democrático del sanchismocomunismo. Cuando convoquen elecciones, si lo hacen, es con la seguridad de ganarlas. Como sea. Si las perdiesen Trump resultaría un inocente político que renuncia a lo alcanzable. Pues eso.   

 

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