LA AZOTEA
ESTADO DE CONGOJA
22 de Agosto 2020
Creo
va calando en la conciencia colectiva, cómo la situación social es de extrema
gravedad en esta España a la deriva. Angustiada y temerosa por el transcurso de
un verano asfixiante en lo meteorológico, muy preocupante en lo sanitario,
inquietante y ya veremos en lo económico, hediondo en lo político. Y desde
luego, siendo optimista, el otoño puede ser mucho peor. Pues menudo panorama,
aunque quizá nos quede esa reflexión de Pascal de que aun siendo el hombre la
más débil de las cañas, es caña que piensa. Esperemos lo haga decidida y
profundamente.
Mientras,
el desvío desde una sociedad opulenta y despreocupada, otrora en el club
reducido de la abundancia, ahora en debate entre la propia existencia como
Nación, al temor de futuro por sobrevivir, el bienestar y la propia convivencia
en paz. Regida por una manada de menesterosos intelectuales, capaces de sacar a
la superficie cotidiana por afán de poder y dominio - en la mejor
diferenciación aristotélica - no solo el odio, el rencor, el enfrentamiento, la
envidia, sino la peor de todas las pestes en expresión de S.Zweig: el
nacionalismo, que envenena la flor de nuestra cultura europea; pero aquí y
ahora en su peor versión posible, la del independentismo golpista. Por eso de
nuevo, y desgraciadamente, todo cuanto acontece en esta extraña Nación es
contrario a la supervivencia de la libertad.
En
esta modesta Azotea he referido en reiteradas ocasiones desde hace años, la
progresiva desaparición del Estado en el ejercicio de las funciones esenciales
que definen sus perfiles desde la creación doctrinal y jurídica allá por el
siglo XVII, ese siglo maldito que heló Europa y la regó de guerras sangrientas
y catástrofes sin fin. Y se define con territorio y población, donde se ejerce
soberanía frente a terceros, mediante contrato de protección de la dignidad, la
propiedad y la independencia a cambio de sometimiento a su ordenamiento
jurídico, sin aplastamiento de la libertad.
Pues bien, tras cuarenta
años de ejercicio de ese mal llamado Estado de autonomías que describe el
penoso Titulo VIII de la hermosa Constitución de 1978 - en manos del Tribunal
Constitucional que va moldeando como puede un esqueleto inservible - se
pretende modificar la estructura sin haber siquiera ordenado la distribución
territorial del poder y cuando en su máxima debilidad, ni protege la propiedad,
ni garantiza seguridad, ni defiende las fronteras, ni tiene presencia en gran
parte de su territorio, Lo dijo con claridad Muñoz Machado “El T VIII de la
CE es un desastre sin paliativos, un complejo de normas muy defectuosas
técnicamente que se juntaron en dicho texto sin mediar estudio previo sobre las
consecuencias de su aplicación” Pero ahora con la pandemia se viven las nefastas
consecuencias, con diecisiete perspectivas de solución al virus, la educación y
veremos si también la pobreza que se avecina Se descontextualizaron parcialmente
los poderes de autoorganización territorial, desde las preautonomías,
consiguiendo un modelo abierto en permanente definición y discusión. A partir
de 2006, el vendabal reaccionario de ZP transforma el debate desde el principio
dispositivo de autoorganización en principio de autodeterminación y se
centrifuga confusamente hacia la solución federalista. Y ahora más allá, en nación
de naciones en versión del estadista Sánchez.
¿Porqué
ningún Gobierno hizo mínimo caso al Informe del Consejo de Estado de 2006,
sobre Modificaciones de la Constitución? Pues recomendaba entre otras, determinar
cuales son los entes federados, cual su denominación y reducidos al mínimo posible,
cual su unidad ínfima de extensión territorial y poblacional, cuales sus
competencias expresas; establecer con claridad las del Estado; determinar como
prevalente la ley del Estado sobre la del ente; fijar exactamente el
régimen fiscal de financiación del Estado y de los entes y a partir de ahí las
transferencias verticales, horizontales y de nivelación, haciendo posible y
sostenible la solidaridad como equilibrio entre unidad y autonomía; establecer de
forma inequívoca la igualdad de derechos y la unidad de mercado; desaparición
de las Diputaciones y reducción del numero de municipios, manteniendo su
autonomía y régimen fiscal; establecer el procedimiento de modificación de la
propia Constitución. Y desde luego, hacer posible la unidad de entes en la
Jefatura del Estado mediante la forma de Monarquía. La Corona es garantía de
continuidad y de elevación de su Magistratura por encima de las instituciones. Es
el modelo de la Commonwealth y mucho antes, de la España de los Austria.
Pero ya ven, y como se conoce en teoría política, las naciones son creación
de los nacionalistas. Aquí y ahora, con Gellner, el nacionalismo vasco y
catalán engendra las naciones que ellos sueñan; no a la inversa. Y se apoyan,
incluso en comunistas y filoetarras. Pues vemos, como desde el Estado fuerte
franquista, se llega al Estado desordenado, gigantesco, inviable y blandito de
la democracia para desembocar en el Estado Congoja del
sanchismocomunismo. Con Muñoz Machado parece la hora de modificar el Estado o
destruirlo. Pues eso.
Estoy totalmente de acuerdo con el Sr. Pipó, pues además de decir verdades como punos, conoce bien la historia y está muy bien documentado. Muchas gracias. Un cordial saludo. Maria Victoria Fernandez Madero
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