Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 25 de julio de 2019

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo que será publicado en el Diario Ultima Hora de Palma, el próximo sábado día 27

CIEGA AMBICIÓN           
Julián Delgado. Escritor

Dado que Cs. nació como escisión del PSC a consecuencia del rumbo nacionalista de este partido, con idea de convertirse en defensor del constitucionalismo a la vista de un PP blando, con vocación de sustituir a CiU y PNV en la función de bisagra con los dos grandes partidos nacionales, para librarles de las hipotecas egoístas que les imponían a cambio de su apoyo, era razonable que, tras las últimas elecciones, hubiera formado con el PSOE un gobierno de coalición, trazando unas líneas rojas en el terreno esencial de la política territorial y económica. Y lo era más aún, por cuanto España padece una grave crisis de Estado con el órdago de los separatismos, a punto de ver la luz una condena que, por justa que sea, puede ahondar dicha crisis
Hubiera proporcionado un gobierno estable, se habría tranquilizado a la Unión Europea, al Ibex, a los empresarios y a una sociedad  que se vio al borde de la quiebra, con una prima de riesgo a 500 y el paro en cinco millones, mientras dos premios Nobel de economía pronosticaban que pronto saldríamos del euro. Con un sacrificio enorme de buena parte de los españoles, que aguantaron el tirón y supieron sobreponerse hasta el punto de tener hoy una prima de 75, tres millones de parados y ser el país que más crece en la UE. Con un Gobierno radical socialista y comunista, estos logros se vendrán abajo: más subida de impuestos y gasto público con una deuda del cien por cien del PIB. 
Por lo que respecta al problema catalán y vasco, Cs. mantendría al Gobierno alejado de cualquier veleidad con los independentistas, evitando la perversa influencia de Podemos que defiende la autodeterminación, es compadre de Colau, comparte las ideas de Bildu y llama a los rebeldes presos políticos.
Ante estas reflexiones, sus líderes aducen que no se pueden fiar de Sánchez. Una falacia que les sirve para ocultar el verdadero motivo de la negativa a salvarnos de ese frente popular: la ambición de convertirse en un partido con opciones de gobernar a costa de iniciar una guerra en el centro derecha. Si Sánchez incumpliera lo pactado, bastaría con que Cs. le quitara el apoyo, para que se viera obligado a convocar elecciones en plena pérdida de confianza.
Rivera ¡Qué gran error!



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