Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

domingo, 21 de julio de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


LA AZOTEA

EL NUEVO MODELO
21 DE JULIO 2019


A pocas horas de la compaginación parlamentaria o mejor, conjunción copulativa entre compañeros ideológicos, nos toca a más de la mitad de los ciudadanos de la España aún más invertebrada desear que, entre la jadeante UE aún con vida, y el resto de los amigos y aliados del occidente cristiano y democrático, ayuden a evitar lo que a todas luces hace presentir una catástrofe sin paliativos.

Miren, no hago apuestas por el resultado final de una semana histórica, por otra parte previsible, en la que por vez primera tras ochenta años de política – la mitad de los cuales fueron antidemocráticos- el marxismo estalinista revestido de partido parlamentario, alcanza el poder de forma impecablemente legítima pero absolutamente pavorosa. Desde luego no había ocurrido desde la entrada en vigor de la Constitución de 1978, ni ocurre en ninguno de los sistemas irreprochablemente democráticos, parlamentarios y representativos de los veintiocho socios de la UE, donde salvo algún antecedente en Francia o Italia, más pintoresco y anecdótico que episódico, se desconoce tal ejemplo de suicidio colectivo. Y aún pretendía el aspirante convertirse en líder europeo de la socialdemocracia, seguramente ante el asombro y la chanza contenida de sus conmilitones.

Y ocurre de la mano de un Partido socialista ajeno al socialismo democrático de Bad
Godesberg, de Suresnes y del socialdemócrata Felipe González. Es sin duda el socialismo de puertohurraco, devenido en sanchismo antidemocático, autoritario, antinacional y en cierto modo, antisistema. Un socialismo que desborda el más negro zapaterismo, lindando la coleta del populismo indigente, bolivariano, violento y comunista del podemismo. Y claro, no existen mejores compañeros, ni oportunidad igual, para hacer realidad los sueños del nacionalismo independendista de una Nación con Estado; o cuando menos, conocer la gran mamarrachada de la nación de naciones predicada desde el poder constituido a la espera de su transformación en poder constituyente. Y a eso vamos, a una transformación del ordenamiento constitucional que haga irreversible – nada lo es y menos en la vida social- la conquista del poder que ahora, enseguida va a ser conseguido. Y el precio a pagar se verá en el transcurso de los años y muy vinculado al propio desarrollo de los acontecimientos europeos. Y que nadie espere grandes convulsiones porque ahora, aunque sin antecedentes ejemplificadores, no parece se camine en esa dirección.

Hay ya mucho trecho recorrido. Un sistema educativo vinculado a los valores de la
izquierda estatista, incluida la Universidad; cuerpos sociales intermedios de donde desaparecieron valores y principios más o menos tradicionales a los que se decide sustituir impidiendo su evolución natural; una intelectualidad podrida ajena a los principios de la verdad científica y entregada a la subvención dirigista; la Iglesia, desbordada, incapaz de transmitir mensajes que poco trascienden más allá que los propios de una oenegé; un empresariado incapaz de defender en mesas de negociación intereses generales, más allá de los privativos; el Poder judicial, politizado y cada vez menos independiente, cansado de constituir instancia de resolución de conflictos sociales, económicos y políticos cuya interpretación operativa debe contenerse en un ordenamiento jurídico exigente y solvente, que se cumpla hasta las últimas consecuencias. Y una clase política que, salvo numerosas excepciones, resulta de bajísimo nivel intelectual, de vocación trincona y muy sensible a la corrupción de una sociedad entumecida, ajena a los intereses nacionales y hundida en el buenismo colectivo, tan nocivo como inútil y arrasador.

De manera que, en ese escenario propicio, dos líderes incompatibles en su ambición han protagonizado al unísono un espectáculo politicamente bochornoso y moralmente cutre. Mentira, todo pura representacion, todo alimento retro para un pueblo históricamente inculto. Y, además, en una desfachatez rayana en el insulto, el muy perillan argumenta la imposibilidad de tener un Vicepresidente que no crea en la democracia española y en su Estado de derecho. Y en vista de ello está dispuesto a incorporar a lumbreras democráticas como Irene Montero Ceacescu o los reconocidos progresistas, Echenique o Mayoral, todos ellos fervientes constitucionalistas. Y además con prontitud que avala su espíritu reformista, propone un cambio del artículo 99 de la Constitución que evite se repita la función por él mismo protagonizada o que le apoyen en posición de abstención los grupos parlamentarios de la derecha. No se conocía un kit político revestido de tal desvergüenza con esa lozanía y frescura del descaro. ¿Pero debemos y tenemos derecho a preguntarnos, si aceptarían el resultado adverso caso de nuevas elecciones? ¿O volveríamos a 1933/34?


No lo duden, están dispuestos a permanecer largo tiempo, si al fin logran llegar, que no dudo. Y se cambiará la Constitución en sus partes más vulnerables al asalto y, el resto del ordenamiento constitucional sufrirá modificaciones significativas, empezando por los Reglamentos de las Cámaras, el sistema electoral o la LO del TC y del CGPJ hasta conseguir manchar las togas con el polvo del camino. Y el derribo medido de la Corona. Y se profundizará en el dirigismo cultural e informativo, en la educación ideologizada y en la ingeniería social hasta borrar cualquier liderazgo de clase media. El feminismo ideológico, la llamada violencia de género, el ecologismo, animalismo u orgullo excluyente y totalitario, no son más que productos nuevos en el escaparate del marketing político. Las izquierdas radicales, el comunismo bolivariano o no y sus confluencias, junto a los independentismos de distinto pelaje, son muchos, pero a la hora adecuada actúan unidos porque saben lo que quieren y cuando es el momento. Las derechas más o menos liberales, más o menos conservadoras, más o menos radicales, no son tantas, pero difícilmente se unen porque apenas saben lo que quieren ni donde está la ubicación oportuna para el momento adecuado. Sin embargo, nuevamente llegó la hora de evitar la imposición de un nuevo modelo. Su construcción comienza la semana que viene.

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