Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

viernes, 28 de junio de 2019

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo que será publicado mañana sábado día 29 de Junio en el Diario Ultima Hora de Mallorca, en sustitución de EL CALVARIO DE CIUDADANOS, editado aquí ayer, pero que preferimos mantener

 

 

TEATRILLO

Julián Delgado. Escritor

 

 

No deberíamos dejarnos engañar por ese teatrillo armado por Moncloa, esa pantomima alrededor de los pactos poselectorales, que lo único que pretende es hacer creer a los ciudadanos que Sánchez, debido a la irresponsabilidad del centro derecha, que no le presta apoyos para su investidura, se ve obligado a buscarlos en los partidos independentistas. Un sofisma con el que envuelve todas sus falacias, pues antes que poner a España en manos de quienes la quieren destruir, siempre le queda la convocatoria de nuevas elecciones.

 

Pero Sánchez tiene decidido desde hace tiempo formar gobierno con las fuerzas que le dieron apoyo en la moción de censura. En primer lugar, Navarra fue empleada por Zapatero como moneda de cambio en la negociación para que ETA dejara de matar, compromiso que el actual presidente respeta. Además, los votos de Podemos, PNV y la abstención de Bildu garantizan a Sánchez la investidura y la aprobación de los PGE. Así pues, Navarra está condenada a la vasquización forzosa, a hablar en euskera y a la manipulación de su cultura e historia, y España a ver a Otegui en TVE.

 

El PSOE, secuestrado por su líder, que después de haber realizado una depuración estaliniana en su partido, y tras haber colocado la mordaza a sus barones, prefiere siempre marchar unido al nacionalismo, por el cual siente una extraña fascinación. Lo mismo le ocurre con el comunismo, ante el cual sufre complejo por considerar que es el defensor más puro de los anhelos de la izquierda. No hay que olvidar que Sánchez está donde está gracias al sector de su militancia más radical del partido. 

 

Todos los partidos con escaños son legales y legítimos, dice Celaá, que, a la vez, afirma con el mayor de los cinismos: Vox es una fuerza de ultraderecha que pensamos no debía estar en las instituciones. Blanquea a los pistoleros, a los asesinos de sus compañeros Lluch y Múgica, a los que los homenajean, a los que intentan trocear España, y condena a la víctima, Ortega Lara. Es la pérdida de la dignidad política, la deslealtad a la nación y una afrenta a la dignidad democrática. Que se cuide Sánchez de su matrimonio de conveniencia: la deslealtad y la traición están grabadas en el ADN del separatismo y del marxismo.


 


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