Artículo que será publicado por
el Diario Ultima Hora de Palma, el sábado día 4 de Mayo
TIEMPOS
REVUELTOS
Julián Delgado. Escritor
Quienes
luchamos por la
conquista de las libertades durante el franquismo y participamos en aquella
ilusionante empresa que fue la Transición nunca pudimos imaginar que, al cabo de cuarenta
años, se iba a poder formar un Gobierno socialista con apoyos comunistas y separatistas, en un
momento en que la unidad de España se encuentra en peligro, la sociedad fracturada y el Estado debilitado
hasta el punto de que no impera la Ley en toda la Nación.
Desde Zapatero acá, se ha
enfrentado a la sociedad en trincheras irreconciliables y se le ha negado legitimidad democrática a la
derecha, encerrando en un gueto moral a la mitad de los españoles. No hay más
que recordar la violencia que en esta campaña han tenido que soportar sus
candidatos en forma
de escraches, acosos,
intimidaciones, amenazas y golpes.
Entre tanto, se ha blanqueado a los terroristas y a los antisistema; a los populistas se les
ha rescatado de la marginación política para convertirlos en socios solventes y se
ha ofrecido diálogo, negociación e incluso indulto a los golpistas rebeldes.
El resultado electoral asienta el zapachismo, que ha liquidado la concordia y ha enterrado los valores de la Transición apoyándose en los enemigos
de la unidad de España, y
también hunde a la derecha, porque la debilidad y la corrupción
del PP han
propiciado la aparición de Vox, un grito patriótico extemporáneo que solamente ha favorecido a
Sánchez.
Tampoco pudimos imaginar, después
de haber militado en el PSOE y haber conocido a sus líderes de entonces, que atesoraban un gran
sentido de Estado y altura de miras, que este partido iba a traicionar sus
principios adaptándose a los intereses de su líder; que este partido se amancebaría con el
nacionalismo, ideología
reaccionaria, perversa
y peligrosa y se dejaría
fascinar por los neocomunistas bolivarianos.
En resumen, nunca pudimos suponer que iba a ocupar la
jefatura del Gobierno
alguien con tan pocos
principios, dispuesto a defender una idea y la contraria con la misma
convicción.
Si se confirman los previsibles
pactos con populistas y separatistas, nos esperan tiempos revueltos en los que aún tendremos que ser
testigos de cómo este Gobierno inicia la demolición del régimen del 78.
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