Artículo publicado por el Diario Ultima hora de Palma
de Mallorca, ayer sábado día 9 de Marzo
Un peligro público
Julián
Delgado. Escritor
10
de marzo 2019
Pedro Sánchez debe considerar que la sociedad española está cretinizada y es
fácil de manipular, pues ambas cosas son precisas para someter las instituciones
a los intereses de su partido poniendo en marcha una política electoralista
obscena, que supera los límites morales, y nos sumerge a todos en una orgía
demagógica.
Es evidente que el PSOE ha desaparecido como partido y ha mutado en un
sanchismo, ideología de indigencia democrática. Con el Consejo de Ministros
convertido en comité electoral, ni el Rey se ha librado de ser utilizado para
mayor gloria del presidente. Está abusando del decreto ley para obtener
ventajas electorales con medidas populistas de efectos devastadores para la
economía, el empleo y compromete el déficit, que se incrementará en unos 16.000
millones, sin contar con los ingresos necesarios para contenerlo, justo cuando
el paro empieza a subir. El cheque bebé y el Plan E de Zapatero van a quedar
pequeños.
Ha convertido RTVE en una TV3 a su
servicio, que no se limita a emitir su
propaganda electoral, sino que difunde insultos personales al jefe de la
oposición, emulando al líder bolivariano Maduro; con poco éxito de público. No
sabemos hasta donde va a llegar el abuso y la falta de ética: cada viernes nos
sorprenderá publicando en el BOE una lista de los agraciados; hasta ahora ha
anunciado una oferta pública de empleo de 30.000 funcionarios y la subida de
sueldo a 40.000.
A todo esto debe añadirse la grotesca instrumentalización del CIS, en manos
de un sectario, un cínico o un cara dura, que ha perdido la mínima compostura,
ha hecho sonrojarse a la comunidad demoscópica y, pese a haber quedado en
ridículo en Andalucía, persiste en la glorificación de su líder, más allá de
cualquier parámetro razonable.
A Pedro le ciega el fascinante reflejo de su imagen
y es capaz de plegar los intereses más sagrados a los suyos, como en el desvergonzado
caso de atropellar el derecho de los funcionarios a la neutralidad política al
obligarlos, forzando sus conciencias, a buscar entre los archivos de los
ministerios las pasadas maldades del Gobierno del PP para utilizarlas en la
campaña electoral contra su rival político. Así es Sánchez, una caricatura de
gobernante.
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