Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

miércoles, 13 de marzo de 2019

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


La AZOTEA


RESPUESTA COMBATIVA
13 de Marzo 2019



Pues solo queda poco más de un mes para las celebraciones cristianas de Semana de Pasión e inmediatamente después, entrar en el túnel negro de una nueva página de pasión política, poder de la mayoría parlamentaria y culminación de un declive iniciado no más allá de quince años atrás.

La misteriosa y criminal masacre de Atocha que el poder judicial del Estado dejó juzgada a medias y en escepticismo general, solo sujeto al respeto de cosa juzgada, parece iba más allá de mostrar la feroz crueldad humana, para iniciar un proceso de decadencia. Desde la España pujante y prestigiosa de Aznar a la miseria de una involución ideológica, moral y económica, representada por el zapaterismo y que ahora, tras la era de los contables de Rajoy - tan alérgicos al regeneracionismo como ajenos a cualquier ideología- culmina en el sanchismo apátrida y traidor.

Parece haber coincidencia en que la primera gran decadencia de la España moderna se deslizó en los ochenta años del periodo barroco, entre Felipe III y Carlos II, incluida la trascendente Paz de Westfalia que, poniendo fin a la Guerra de los Treinta Años, alumbró el soberanismo europeo. Aunque H. Kamen con optimismo, prefiera el término dependencia al de decadencia, quizá también pueda coincidirse en que, en sentido contrario, los casi ochenta años que median entre el final de la cruel Guerra civil de los tres años y el comienzo del sanchismo, son los más fructíferos para el avance en el desarrollo económico y el bienestar social desde 1648.

Eso creíamos una mayoría silenciosa que, asistiendo al crimen masivo de hace quince años, confiamos solo a medias en la verdad judicial, dentro del respeto a las instituciones democráticas y, contemplamos en rabioso escepticismo la instalación inesperada de una fuerza revanchista, vengativa, vacía y peligrosa como era el zapaterismo. De manera que el desalojo de Aznar, era mucho más que la alternancia lógica en el juego parlamentario de una democracia consolidada y moderna. Y eso ha podido apreciarse en la segunda y peor versión de Zapatero, en términos de barrido constitucional, imposición ideológica, autoritarismo en la gobernanza y visualización con padecimiento, de un gobernante tan soberbio como desideologizado, tan vacío como letal para la Nación española, su paz, su unidad y el bienestar tan duramente conseguido.

Sánchez en consecuencia, parece ser hasta el momento, punto culminante de la decadencia no casualmente iniciada en 2004 y que rompe el ciclo de ochenta años de crecimiento y desarrollo, de los que su mitad transcurren en el paraíso constitucional de 1978. Y parece algo peor que un paréntesis en la Historia de este convulso país. Y no lo es porque su acercamiento al comunismo chavista, cutre, antisistema y totalitario de Podemos, le hace bascular hacia posiciones coincidentes con el independentismo radical del catalanismo rutilante y provocador. Y espera la ocasión para negociar con peneuvistas vascos y demás socios etarras en paro, la cesión de elementos esenciales del Estado unitario, como Seguridad Social o prisiones; o lo que es peor, ofrecer en bandeja la decisión de incorporar Navarra a Euskadi, tal como prevé la estúpida y previsora Disposición T. Cuarta de la CE.

Pero el proceso tiene sus tiempos. Ahora corresponde nuevamente a los jueces no solo la potestad jurisdiccional, sino salvar al Estado. Y nosotros aun confiando, nuevamente, en que la Sentencia defina y realice reproche penal adecuado al desafuero de una rebelión insoportable, sabemos que el indulto a sus socios golpistas no se hará esperar si vuelve a ocupar la Presidencia tras el 28 de abril. La clave pues, estará en el resultado más que previsible de estas decisivas elecciones. El pacto del sanchismo con el independentismo, el comunismo y filoetarras, es firme y de continuidad asegurada, en tanto solo le disputen el poder fuerzas incoherentes en la conducta – incapaces de explicar la bondad de la alianza en Navarra y no en el resto de España, en mayor riesgo - difusas en ideas que son comunes y confusas en objetivos que deberían ser únicos. Mientras, el golpe de Estado continúa, seguramente apilando armamento y sin duda descaro en la rebelión contra las Instituciones. Sabedores de la impunidad que les proporciona la cobertura financiera, comprensiva y de neutralidad traidora del gobierno sanchista. Por eso, ya ven, frente a cualquier requerimiento judicial o no, su respuesta es combativa. Puede que lo sea. Pues eso.  

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