Este artículo del escritor Julián Delgado, será publicado
el próximo día 23 de Marzo en el Diario Ultima Hora de Palma
LOS TRES FRENTES
Julián Delgado. Escritor
Después de habernos proporcionado el más largo periodo de
paz, libertad y prosperidad de la reciente historia, la Constitución presenta
síntomas de agotamiento debido al zarandeo al que la han sometido las
deslealtades autonómicas, la corrupción, la degradación de los partidos, la
crisis económica y los nuevos vientos totalitarios y populistas. En esta
situación, lo lógico sería que las fuerzas democráticas pusieran en marcha
políticas regeneracionistas que permitieran corregir los errores cometidos para
volver al camino de la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo
político, los valores fundamentales de nuestra Constitución.
Pero nuestro sistema democrático sufre amenazas en tres frentes:
uno, el nacionalista, formado por separatistas catalanes, vascos y otros que
están a la expectativa, cuyo único objetivo es desmembrar el Estado. Su
confluencia saltó a primera página en 2004 con el pacto de la vergüenza de
Perpiñán por el que Eta se comprometió a no matar en Cataluña, y más
recientemente con el acuerdo entre Bildu y ERC para ir en listas electorales
conjuntas.
Otro frente, constituido por partidos marxistas y grupos
antisistema y anticapitalistas, pretende sustituir la Constitución del 78 por
un régimen neocomunista bolivariano y mantiene una alianza estratégica con los
grupos secesionistas para destruir al Estado. Por último, el frente al que
podríamos llamar zapachista, que pretende cambiar el origen de la legitimidad del actual
sistema político desconectándolo de la
Transición, para vincularlo a la Segunda República. Lo intentó, lo intenta
todavía, mediante la falsificación histórica y el revanchismo, dinamitando la
pieza clave de aquella: la reconciliación. En su ceguera, Zapatero dio alas a
los separatistas apoyando los desvaríos estatutarios de Maragall que dieron
origen al Procés. Y Sánchez sigue el
mismo camino, ofreciendo desmantelar el Estado para dar mejor acomodo a los
enemigos de la Constitución en una nación de naciones articulada en un Estado
confederal que permita el derecho de autodeterminación. Camina en sentido
contrario a los valores constitucionales, perdiendo principios y referencias, y
lo hace con lógica cainita y retórica excluyente.
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