Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 29 de noviembre de 2018

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

Artículo que será publicado el próximo sábado día 17 de Noviembre en el Diario “Ultima Hora” de Baleares

SOBRAN POLICIAS
Julián Delgado. Escritor



La Administración Pública le viene a costar de media a cada español por encima de 10.000 euros  al año, según estudios de EAE Business School, debido al incremento del número de funcionarios  y al derroche del sector público. Una cifra desmesurada si la comparamos con los países de la UE. Pese a ello, para cuadrar los presupuestos, todos los gobiernos han optado  por subir los impuestos en lugar de racionalizar el gasto.
                                                                                                   
Si nos fijamos en la Policía, España está a la cabeza del mundo en número de agentes por habitante, salvo algún país con el que resulta difícil comparase. Entre las policías estatales, autonómicas y locales hay 237.000 agentes, lo que significa estar por encima de los 500 policías por cada 100.000 habitantes. La misma tasa que Alemania con una población de 35 millones más. De cubrirse la plantilla de los cuerpos estatales, serían 22.300 más En estos últimos años, se da la contradicción de que a la vez que se va reduciendo la delincuencia (España es uno de los países más seguros del mundo), la Policía ha seguido creciendo.

Las causas son varias. Se ha desarrollado el Estado sin planificarlo debidamente. Nunca se ha definido una doctrina de seguridad, ni se han trazado planes estratégicos ni el modelo de policía responde a las exigencias de hoy. En los años 80 comenzaron a crecer las policías locales impulsadas por los primeros alcaldes de la democracia, requeridos con insistencia por sus vecinos para hacer frente a una inseguridad  galopante. Pasaron de los 15.000 efectivos entonces a los 60.000 de ahora. Las policías autonómicas se planificaron para ser policías integrales y sustituir a la estatal en su territorio, pero la realidad es que confluyen ambos servicios.

Las policías se solapan en el mismo territorio con iguales funciones. La división de un cuerpo para el sector rural  y otro para las ciudades no tiene hoy razón de ser. Las plantillas también han crecido por el deseo de crear empleo público.
Además, ha contribuido a esta inflación el dominio de lo que se ha venido en llamar ideología de la seguridad, en la que el temor y los prejuicios prevalecen sobre el análisis.
Urge racionalizar y reducir el modelo policial y ahorrar un tercio del gasto actual. 

  

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