Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

domingo, 2 de septiembre de 2018

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ

LA AZOTEA


LA DERIVA
2 de Septiembre 2018



Ya incorporada a sus obligaciones cotidianas casi toda la población, aparece como evidente cierta resignación a un otoño político ya comenzado, complejo y seguramente revuelto. Y la primera sensación, de esa mayoría silenciosa que vuelve tras el pretendido sosiego veraniego, es desconcierto y algo de temor; seguramente lo nunca percibido en las últimas siete décadas. Quizá el temor radica en presenciar la acción de un Gobierno de aficionados en exceso ideologizado, de muy escasa preparación política en la inmensa mayoría de sus miembros, a remolque de la situación, sin ideas, en cambio permanente de opinión y mucho más débil que el anterior.

Y no es por la situación económica, que aún no se ha resentido del golpe ideológico que le espera y de la subida generalizada de Impuestos no menos ideológica, pero de la que siempre cabe la esperanza de una rectificación o que pase de largo al considerarse la mayoría como perteneciente a “clase media y trabajadora”; ahí es nada la falacia. Quizá el consumo privado comience la desaceleración y algo alarmante el crecimiento todavía sosegado del déficit y la deuda total. Y el paro, siempre indeseable, se mantiene en niveles algo parecidos al comienzo de la crisis. De manera que la preocupación colectiva incluso entre los incondicionales del sanchismo – que son muchos- no proviene de la economía precisamente, sino ya digo, de la política. Si por ello se entiende incertidumbre colectiva de una Nación; de la que se discute hasta su propia existencia y la Norma jurídica suprema que regula las instituciones definitorias de la democracia y el catálogo de derechos individuales y colectivos de sus ciudadanos.

Ciertamente, antes de la llegada de este Gobierno/basura, calificado por los pelotas orgánicos como Gobierno/bonito, también existía un ambiente de incertidumbre por la pereza insoportable y dañina de Rajoy y compañía. Pero donde va a parar, porque la deriva infame de Zapatero, el gran bobo de Estado es ahora sustituida por un zascandil más adecuado quizá, para presidir una comunidad de vecinos y cabe preguntar ¿qué pasó con Borrell? ¿dónde está Borrell? ¿y la hija de Calviño? tan famosa ella ¿y el silente Planas? y el gran Marlaska? De manera que del Gobierno bonito/basura de Sánchez seguimos sin conocer su ideología, por mucho que haga el ganso internacional visitando la casa del comunista Allende en Chile, para decir la mamarrachada de su conversión al socialismo con un año de edad. Espectáculos sin guion, seguramente más propios para acercarse mucho más a Iglesias, aunque parece ignorar el mundo de diferencia entre el comunismo del Dr. Allende y el del zarrapastroso de su socio de gobierno. Y para qué hablar de su tan desconocido como exigible Programa de Gobierno. Ellos hablan de más justicia y solidaridad, europeísmo, feminismo y sostenibilidad y quizá pendiente de algún añadido de la Vicepresidenta. No tiene, ni falta le hace, estando Podemos con programa no de Gobierno sino de Estado y de sistema. Es una burla en toda regla. Sin embargo así lo establece el Artículo 99,1 y 2 de la CE, lo que hace plantear dudas más que razonables sobre la permanencia ilícita en la Presidencia, sin convocar elecciones. Aunque convocarlas, dice la estadista Calvo, sería perjudicial.   

Y ya ven, todo lo astroso que quieran, pero Iglesias tiene influencia capital en la acción de Gobierno, aun sin presencia en los medios, porque su semilla ha fructificado mucho más de lo que definen las encuestas. Miren, el pacto entre estos sujetos algo peligrosos y bastante dañinos, quizá podría resumirse así: hay que desenterrar a Franco para poder enterrar la Constitución. Para ellos la Constitución no dio puntilla mortal a la dictadura, ni supuso un punto de reconciliación sin ruptura, sino un apaño entre clases dominantes en el que participó el PSOE. Pecó pues el socialismo de colaboracionista con las fuerzas reaccionarias. Pero ahora, el sanchismo, lo liberará de tal desafuero colaborando en una nueva era que necesariamente pasa por sacar la momia de Franco del Valle de los Caidos; al fin y al cabo allí fue enterrado en el inicio de la Transición como símbolo de concordia. Y el propio término Transición, tan exitoso durante cuarenta años, ha pasado a ser considerada expresión museística de la extrema derecha. Ahora, los nuevos mitos que deben encaprichar al gentío los dicta TVE que explicará a través de Telepartes lo necesario a conocer por la “ciudadanía”.

Mientras, a este pobre Gobierno se le escapa la situación de las manos. No sabe qué hacer con el golpe de Estado catalán, progresivamente encanallado e irreversible, con unas Fuerzas Armadas contemplando impotentes la burla constitucional que impide incluso que su Jefe Supremo pueda ejercer las funciones propias en tierras catalanas. Y todavía se especula nuevamente como acto de valentía, la aplicación del ineficaz artículo 155, cuando es el 116 de aplicación ya tardía y el recuerdo de plena operatividad del artículo 8. Cataluña no tiene un problema político con España a resolver dialogando, sino un gravísimo problema constitucional a resolver a corto plazo con jueces y Guardia Civil. Y los independentistas vascos a la espera, haciendo planes para engancharse a la deriva catalana. Ahí tienen a Otegui y sus socios del PNV en alianza preparatoria de un nuevo Estatuto, haciendo declaraciones previas del diálogo con el Gobierno, empezando por demoler el Valle de los Caidos que solicita el dinamitero portavoz Aitor Esteban. El Gobierno, se prepara para resistir ocupando hasta el ultimo reducto de donde sus militantes puedan obtener beneficios económicos y ya no siente pudor antidemocrático de querer anular el Senado – se opone a la soberanía nacional dice la estadista Lastra- o de gobernar alocadamente mediante Decreto Ley. El Gobierno está en plena deriva autoritaria.  
  

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