LA AZOTEA
LA VÍSPERA (y II)
6 de Octubre 2017
En
la fecha de mi última Azotea también nos encontrábamos a la espera, en víspera
de lo que luego resultó una brillante revuelta o levantamiento popular. Y ahora
igual, en la víspera de la consumación del más pintoresco, chusco y estúpido
golpe de Estado que jamás presenció Europa, ejecutado por la pandilla de
robaperas más descarada e impresentable de nuestra agitada Historia, esperando
una vez más. Con preocupación y miedo, como Roig, que terminará llevándose
mercadona a Suiza. Y el verano de sanmiguel o de quien sea, apretando, y la
pertinaz sequía tan contumaz como siempre. De manera que parece una situación
asemejada al prodigioso destino de esta Nación, vivir permanentemente la
víspera de un futuro que nunca llega.
Lo que a mí sí me
llega y me avergüenza, es la chapuza de unas fuerzas de seguridad estatales humilladas,
acosadas y perseguidas por las calles oscuras de la Cataluña del odio. Sin una
sola detención que contar; acusadas con ignominia de masacrar a los valientes
demócratas de la independencia que circulaban a sus anchas, protegidos por la
traidora guardia mora de la cuadra de Puigdemont. Menudo éxito el despliegue de
no sé cuántos miles de nacionales; primero hacinados en barcos y luego
desplegados ridículamente para ser insultados y pisoteados por la turba
maloliente del pròces. Pues no lo olvidaran y nosotros tampoco.
Y
también me avergüenza, porque a la vista está, cómo aún no fueron detenidos y
encarcelados los autores materiales del golpe; el Gobierno catalán completo,
con su President a la cabeza; y la del Parlamento con su Mesa y los activistas
de Òmniun Cultural o la ANC o Trapero y sus ayudantes en la delincuencia, a
punto de ser condecorados por los patriotas del Ministerio del Interior. Y como
siempre, el Consejo General del Poder Judicial, callado ante tanto desafuero. Y
los fiscales, que fueron apartados en un gesto más de soberbia judicial que de
eficacia en la investigación e inmediato enjuiciamiento, ¿dónde están?
¿Y el
Gobierno de España? Pues reunido y no se les puede molestar hasta que concluyan.
Y tiene que salir el Rey – defendiendo su Corona que es la nuestra, en riego,
que es el nuestro- a lanzar un mensaje quitamiedos y patriótico hablando de la
imposible rebelión; porque la libertad se aposenta en instituciones que
sostienen la democracia. Y no hay democracia sin imperio de la Ley y sin
separación de Poderes que deben ejercer la fuerza de su razón o las razones de
su fuerza. Pero en esta hora de vergüenza extendida nuestra clase política permanece
agazapada tras los códigos de la legalidad, releyendo los sesudos dictámenes
del Consejo de Estado o de la Abogacía del Estado. Y ni siquiera les avergüenza
que sea el Rey, símbolo de la unidad quebrada del Estado y de su permanencia
ahora en riesgo, quien gozando solamente de un poder moderador y arbitral, deba
instarles a ejercer sus funciones y poderes. Y sale a responderle con soberbia
e impunidad el capo de la rebelión, en papel de jefe facineroso, persistiendo
en la rebelión constituyente, haciéndole la concesión de una mediación europea.
La vergüenza densa a tope el ambiente viciado que se respira.
Y
claro, aparecen múltiples mediadores de tres al cuarto aburridos cada cual con
su causa. Ahí tienen a Iglesias, el iluminado poeta del totalitarismo comunista
o castrochavista, qué más da, ofreciéndose como mediador de la internacional,
sin mencionar y sin sentir vergüenza de coincidir con la otra internacional del
totalitarismo fascista o neonazi, como se ha visto en el Parlamento europeo.
Pero le da igual, solo le interesa demoler el constitucionalismo del 78 para
iniciar otro proceso constituyente más cercano al socialismo real, con
Sancheiglesias a la cabeza, provisionalmente. O para mediación desubicada, la
pretendida de la Conferencia Episcopal, tras su vergonzoso comunicado – modelo
pitiminí – de hace pocas fechas. ¿No tienen otra cosa que mediar estos
monseñores? Pues les señalo el cisma de la Iglesia catalana o el todavía no
resuelto de la Iglesia vasca que en breve dará que hablar o la extensión por
media España del relativismo reinante o el nihilismo avasallador que nos invade
o el paganismo triunfante que nos azota. ¿Tan aburridos están o es que no se
enteran?
Pero
también me avergüenza el panorama de los partidos políticos que serán quienes
presenten una solución cuando finalice este vendaval de idiocia colectiva. Pues
para asustarse porque la Constitución puede terminar destrozada al tirar cada
cual para para su miserable choza. Y eso ocurrirá inevitablemente cuando el
valiente y decidido Gobierno Rajoy termine su reunión y aplique la Constitución
todavía vigente, en sus artículos 155 o 55 y 116, o el 8, o la Ley de Seguridad
Nacional o todo. O nada. Nosotros a la espera, la víspera, con calor
asfixiante. Claro, es el verano de San Miguel. Pues entonces.
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