Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

sábado, 10 de junio de 2017

La Opinión de Javier Pipó.

La Azotea

EL SISTEMA DESORDENADO  
11 de Junio 2017

      Pues sí, la situación está para no saber por dónde empezar. Pero aún a riesgo de aparentar una vanidosa paradoja, sabría más bien cómo terminar. Y terminaría diciendo con sinceridad absoluta, miren, esto está tan mal que a partir de ahora, no solo nadie sabe qué ocurrirá, que también, sino busquen cómo adaptarse a la realidad en la convivencia de cada día, porque nada será igual a lo vivido hasta el momento. Quizá sea circunstancia incluso, de bajar de la Azotea, cerrarla con llave e instalarse cómodamente en la habitación de estar, donde se haya media España.  Pero no solo en lo que por ahora se quiere dar en llamar Nación de naciones culturales, sino en Europa y quizá en lo que hasta nuestros mayores conocíamos como mundo occidental u Occidente, dicho con énfasis y grandilocuencia.

      Es que aquí no hay filosofía política que resista la prueba de la realidad cotidiana. Ni teórico de la ciencia política que se atreva a declamar verdades recogidas en libros de pensadores, historiadores o politólogos, capaces de describir el desbarajuste entre pensamiento e ideas políticas y confrontarlas con la realidad de las formas en que desenvuelven las modernas sociedades sus estructuras de poder o de representación. Todo se agrieta; todo parece provisional; nada es lo que parece. Nadie resulta capaz de defender un modelo concreto; como si vivir en sociedad en este primer cuarto de siglo fuese tarea dejada a la improvisación, a la aventura o al caos. Precisamente cuando los modernos Estados son más complejos en su gobernación; en sus relaciones internacionales; en sus estructuras internas de representación, de impartición de justicia; de fomento de la producción y el bienestar; de reparto de la riqueza acumulada o de administración de la defensa. Precisamente cuando la humanidad ya globalizada está conociendo el mayor avance de los tiempos históricos, acelerado de forma exponencial en los últimos decenios con más eficacia que los cinco siglos anteriores, gracias a una mayor conciencia social, producto de una gigantesca revolución educativa que hizo avanzar hasta lo inimaginable la ciencia y la tecnología. 

      Pero fíjense en la paradoja de Estados Unidos, cuna de la primera Constitución democrática de Occidente, auténtico centinela de su libertad, donante generoso de la vida de generaciones de jóvenes luchando en cualquier parte del universo que requiriera la defensa de su sistema – que es el nuestro- generador de riqueza, bienestar y democracia. Ahora sin embargo regido por un charlatán infame que aun cuando su poder se enfrenta a contrapoderes institucionales modélicos y envidiables, el populismo insoportable con el que gobierna y se relaciona internacionalmente, llevará a la gran Nación a cotas intolerables de desprestigio y retroceso. Mientras, avanza hasta conquistar los espacios dejados por el liberalismo político y económico, esa especie de monstruo chino-comunista, que ha tomado lo mejor del modelo económico capitalista en su expansión y altas cotas de riqueza y bienestar, pero manteniendo bajo el yugo de una dictadura feroz los derechos humanos y su dignidad. Y tiene un éxito imparable, como los populismos europeos de Francia – veremos el resultado de las legislativas y el papel del pequeño Macron- o Alemania, Holanda, Austria, Gran Bretaña y demás naciones asfixiadas por el populismo y la desesperanza en un modelo que ya no significa equilibrio, seguridad, estabilidad y progreso. Modelo desbordado, además de por la globalización, por movimientos migratorios ancestrales, desconocidos en el mundo contemporáneo, procedentes de la negritud o de naciones azotadas por la barbarie del yihadismo medieval. Ola asesina ya presente en las “trafalgar square” de cualquier gran capital europea; y vienen a quedarse y cambiar nuestros modelos de sociedad, ahora calados por la estupidez de ordenamientos jurídicos blanditos y permisivos hasta el suicidio.

      Y España? Pues en la síntesis de Occidente y en la cúspide de su estulticia. Con dirigentes políticos mediocres, populistas y muchos de ellos más cerca del reproche penal que del lugar en la Historia. La peor generación de políticos desde 1812, pero quizá adecuada a la oleada de resentimiento instalada en sus electores. Ahí están los catalanes y el desafío revolucionario incontrolado, pendiente de su culminación en espectáculo a cargo de la Abogacía del Estado haciendo la ola al President, brazos levantados en rítmico balanceo con cualquiera de los códigos en mano. O la caída hacia la insignificancia del PP, tras una mayoría absoluta nunca merecida y peor defendida, desprestigiados, burlados y reducidos a su mínima expresión; pendientes de entregar el poder del que solo salvaron los libros de contabilidad y con muchos tachones de incompetencia y ridiculez. Como la STC sobre la amnistía fiscal, anulada con un llamativo golpe al uso inconstitucional del DL previsto en el art.86 de la CE, cuando cualquier alumno de Derecho Advo. o Constitucional, conoce en qué condiciones puede  incorporarse al ordenamiento jurídico. Su lectura produce bochorno e indignación.

      Pero ahí tienen al pobre Rivera, cada vez más desconcertado y desbordado, sin saber si la cacería del PP debe extenderse al PSOE andaluz, con el gigantesco estercolero tapiado a salvo de los fiscales “manos limpias”, con una desvergüenza sin parangón en nuestra historia o al nacionalismo corrupto catalán, cuyo pillaje, gozando de periodo de gracia o carencia, hará desaparecer la mayor parte de las pruebas que inculpen al padrino Pujol, allegados, sucesores y conmilitones. Y ya ven, dijimos desde aquí que en las Primarias socialistas se elegía entre lo malo y lo peor. Y salió lo peor en forma de caudillo populista más cercano al comunismo barriobajero de Iglesias que al socialismo de Bad Godesberg y no digamos de Suresnes. El ya definido Sacheiglesias respaldado por un gentío enfervorizado, tiene el programa casposo, antiguo y reaccionario de un Largo Caballero emparejado y al unísono de los “kichi” podemitas, antisistemas, cuyas ideas políticas se reducen a la aniquilación de la democracia burguesa y liberal, aprovechando la oportunidad de sentarse en el Parlamento y burlarse de sus instituciones como si se tratara de demócratas respetables.

      El sistema quizá pueda salvarse aún, si en gesto insólito e inédito, los restos populares que seguramente sufrirán un descalabro similar a UCD; los esperanzados en C´s, caminando hacia un crecimiento imparable y los socialistas expulsados de PSOE por la vía de hecho, creando con urgencia un Partido socialdemócrata, logran trabar una alianza electoral que evite el riesgo de comunistización de España, o cuando menos una peligrosa polarización. La mayoría silenciosa llora por las esquinas nacionales, asqueada de tanta iniquidad y de políticas populistas exterminadoras de la clase media, única armadura de un sistema estable, próspero y democrático

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