Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 15 de junio de 2017

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO

Este artículo será publicado por el Diario “Última Hora” de Mallorca el próximo día 17 de Junio
LLEGÓ EL MOMENTO DE LA ACCIÓN
Julián Delgado. Escritor
Los españoles, incluyendo los catalanes que no comulgan con los que cabalgan sobre el dogma identitario dominados por la pasión, llevamos cinco años soportando estoicamente toda clase de improperios, escarnios, insultos, humillaciones, agravios, menosprecios, insidias, mentiras, calumnias, amenazas y toda clase de insolencias. También, aunque de forma aislada, se han producido acciones violentas contra personas y partidos.
La Nación española ha sufrido la erosión que significa que una parte de los dirigentes políticos catalanes se haya dedicado a verter y airear a los cuatro vientos infamias sobre el resto del país. Sus símbolos y sus más altas instituciones han sido ultrajados, ninguneados o negados de forma pública y sistemática por las autoridades autonómicas catalanas.
La respuesta del gobierno español ha sido el apaciguamiento; la sociedad civil no ha pasado de mostrar tímidamente su disgusto en las redes sociales. Y a pesar de todo esto hemos tenido que soportar que el apóstol Guardiola equipare a España con una dictadura bananera. En el mismo acto, el referente intelectual de Els Comuns, el urbanista Jordi Borja, declaró con lenguaje prebélico: por nuestros derechos nos confrontaremos con valor y con  decisión contra un Estado que se dice de derecho y que es un estado perverso y pervertido.
Quienes hoy amenazan los derechos de todos los españoles son quienes defienden que hay un poder, el suyo, por encima de las leyes; los que quieren liquidar la soberanía nacional de un viejo país cargado de historia; soberanía que fue revalidada por todos en la Constitución de 1978, los que quieren quebrar nuestros principios democráticos.
           Ha llegado la hora de parar los pies a estos insensatos que han fracturado la sociedad catalana desafiando la legalidad democrática, y van a crear en Cataluña una crisis y una frustración colectiva que serán difíciles de gestionar.
Los problemas de convivencia no siempre tienen una solución fácil y definitiva. Conformémonos con la opinión de Cambó: Los grandes problemas no se resuelven nunca…  a lo más que podemos aspirar los hombres es a encauzarlos.
      Y mientras tanto, podemos parafrasear a Cicerón: ¿Hasta cuándo, Puigdemont, abusarás de nuestra paciencia?


No hay comentarios:

Publicar un comentario