Artículo que será publicado por el Diario “Última Hora” de Mallorca
el próximo sábado
¡Más madera!
Julián Delgado. Escritor
El mando militar, para decidir su idea de
maniobra antes de enfrentarse al enemigo, analiza dos hipótesis sobre la acción
que puede realizar éste: la más probable y la más peligrosa. Esta previsión
puede valer también para analizar la amenaza secesionista catalana. La
hipótesis más probable es que el tren secesionista siga avanzando por la vía
del referéndum hasta estrellarse contra el muro del Estado. Ahora ese tren no
puede detenerse: los viajeros, a los que ha prometido llevar a la arcadia
infinita, colgarían a sus conductores en la Plaza de Sant Jaume por traidores.
Por tanto, avanza al grito de ¡Más
madera! emulando a los hermanos Marx, en una acción revolucionaria, que
pretenden impune, hasta que se estrelle y quede entre sus restos el delirio de
partir España.
Los que están en la atalaya del muro se
encuentran obligados a aplicar la ley. Saben que los
daños pueden ser graves y dejar grietas difíciles de reparar, pero la
sociedad española no les perdonaría ni la debilidad ni la traición si
permitieran seguir avanzando a quien no tiene legitimidad democrática para
hacerlo. A los viajeros del tren, que no supieron relegar sus fantasías al
campo de la ensoñación, que se marcaron objetivos al margen de la realidad, les
costará superar esa frustración.
La hipótesis más peligrosa consistiría en
que las autoridades autonómicas catalanas no hicieran caso de los
requerimientos legales, se situaran abiertamente fuera de la legalidad
constitucional, pretendieran sustituirla y resultara inevitable la acción de
las fuerzas policiales. La hipótesis se completaría con que Sánchez fuera
secretario general del PSOE, pues su apoyo en el Senado y en el Congreso a las
medidas necesarias para frenar el tren independentista sería nulo; o en todo
caso, tibio y condicionado. En esta situación, el boquete en el muro sería
mayúsculo. Fuera cual fuese el resultado del choque, se habría puesto fin al
periodo más próspero para España y de más autogobierno para Cataluña de toda
nuestra historia.
Nos queda una tercera hipótesis, la que
no contemplan los estados mayores, la más improbable: que prevalezca la
sensatez y se llegue a un acuerdo que quiere la
mayoría de catalanes y el resto de los españoles.
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