Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 9 de febrero de 2017

La Opinión de Julián Delgado

Artículo que será publicado por el Diario “Última Hora” de Mallorca el próximo sábado

 ¡Más madera!

Julián Delgado. Escritor
   
    El mando militar, para decidir su idea de maniobra antes de enfrentarse al enemigo, analiza dos hipótesis sobre la acción que puede realizar éste: la más probable y la más peligrosa. Esta previsión puede valer también para analizar la amenaza secesionista catalana. La hipótesis más probable es que el tren secesionista siga avanzando por la vía del referéndum hasta estrellarse contra el muro del Estado. Ahora ese tren no puede detenerse: los viajeros, a los que ha prometido llevar a la arcadia infinita, colgarían a sus conductores en la Plaza de Sant Jaume por traidores. Por tanto, avanza al grito de ¡Más madera! emulando a los hermanos Marx, en una acción revolucionaria, que pretenden impune, hasta que se estrelle y quede entre sus restos el delirio de partir España.

     Los que están en la atalaya del muro se encuentran obligados a aplicar la ley. Saben que los daños pueden ser graves y dejar grietas difíciles de reparar, pero la sociedad española no les perdonaría ni la debilidad ni la traición si permitieran seguir avanzando a quien no tiene legitimidad democrática para hacerlo. A los viajeros del tren, que no supieron relegar sus fantasías al campo de la ensoñación, que se marcaron objetivos al margen de la realidad, les costará superar esa frustración.

    La hipótesis más peligrosa consistiría en que las autoridades autonómicas catalanas no hicieran caso de los requerimientos legales, se situaran abiertamente fuera de la legalidad constitucional, pretendieran sustituirla y resultara inevitable la acción de las fuerzas policiales. La hipótesis se completaría con que Sánchez fuera secretario general del PSOE, pues su apoyo en el Senado y en el Congreso a las medidas necesarias para frenar el tren independentista sería nulo; o en todo caso, tibio y condicionado. En esta situación, el boquete en el muro sería mayúsculo. Fuera cual fuese el resultado del choque, se habría puesto fin al periodo más próspero para España y de más autogobierno para Cataluña de toda nuestra historia.  

    Nos queda una tercera hipótesis, la que no contemplan los estados mayores, la más improbable: que prevalezca la sensatez y se llegue a un acuerdo que quiere la mayoría de catalanes y el resto de los españoles.   

             

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