Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

miércoles, 18 de marzo de 2015

La Opinión de Javier Pipó


A CUATRO DÍAS

Acepto como mal menor, una campaña que a la mayoría aburre pero que al menos permite el conocimiento de aquellos arrivistas acercados al mantel de la cosa pública, con más ánimo para el acaparamiento personal que de servicio. Si alguno de ustedes tuvo curiosidad, buscó entretenimiento o mostró simplemente interés, por hacer el seguimiento de estos días previos a las elecciones andaluzas, habrá quedado algo preocupado. Sí, preocupado porque parecía que la temporada de mareas, ocupaciones de plazas, protestas poco pacíficas con rodeos incluso de parlamentos, es decir de protesta y encanallamiento colectivo, podría haber servido a políticos profesionales, ocasionales o aspirantes, para cuidar el lenguaje o evitar decir estupideces sonoras que degradan la democracia hasta la alcantarilla de lo vulgar, cuando no de lo zafio. Pues no, ya ven.

Claro, no todos están en ese nivel de comportamiento o en esa exposición de interiores que no muestran sino vaciamiento intelectual, y desde luego miseria moral. Aquí y ahora, en Andalucía, hubo dos políticos que se han mantenido en posición de decoro y limpieza. Otra, que a pesar de ocupar el vértice institucional y de brillo otorgado por voluntad de la Constitución, ha machacado hasta sus propias ambiciones. Y un tercero que no aguanta ni un minuto más el mantener oprimidas sus vísceras totalitarias.

Juan Manuel Moreno Bonilla, aspirante del PP, pertenece por mérito propio al primero de los grupos señalados. Ha pasado por dos debates difíciles, muy rígidos en su formato, que ha superado por goleada. En el primero de ellos, los comentarios generales no pudieron ser más elogiosos y en este segundo, ha sido arrollador en sus planteamientos, frente a una rival empequeñecida por su pertenencia durante los últimos veinte años a una élite política extractiva que ha saqueado nada menos que treinta y tres largos años material, concienzuda y sistemáticamente, los recursos disponibles en el sector público andaluz. Moreno ha mostrado su cortesía y buenas formas, planteando propuestas regeneradoras y vivificadoras – como el desaforamiento de los cargos públicos-  de un sistema tan corrupto que ha conseguido pueda ser contemplado sin azararse, un decorado de democracia formal que tapona la realidad de un régimen más cercano al PRI que durante setenta años mantuvo México a nivel de mera subsistencia. De Moreno me ha sorprendido su madurez, buen sentido, moderación e ilusión en lo que manifiesta. Pero creo él conoce tenerlo casi imposible, no solo por la dificultad de conseguir los votos precisos sino porque de alcanzar el poder, la trama de corrupción es tan espesa que allá por donde comience a levantar y reparar, provocará daños a intereses muchas veces legítimos y a sectores que de buena fe han participado del festín. Las resistencias serán poderosas y a veces desilusionante comprobar como hacer justicia puede provocar injusticia. Desmantelar el régimen andaluz no durará una legislatura sino una generación.

En cuanto a Maillo, sorprende tanto sus buenas formas que vuelca necesariamente la simpatía a escuchar con el mismo respeto sus propuestas. El problema en mi opinión, su clara militancia en la obediencia comunista que lo aparta naturalmente de quienes amamos y defendemos la fórmula libertad y progreso como objetivo y fin del sistema político. Su defensa de una banca pública- que no el retorno al sistema de Cajas – merece una crítica serena, tanto como el planteamiento. España ya vivió una etapa brillante con Banca pública en manos de las mejores cabezas económica de la época, como mi maestro R. Martínez Cortiña. Tras el descamisado Lara, es un placer escuchar un comunista civilizado como Maillo, aunque estemos en las antípodas del sistema que defiende.

Por el contrario, la intervención de Monedero en Linares, cabeza del amplísimo socialismo giennense pastoreado por el imputado Zarrías, el zar, pone los pelos de punta. Cita a la presidenta del FMI, blasfema sobre sus palabras y la invita a morir para “dar ejemplo”. Es decir, deja entrever el trato que podría recibir cualquier disidente de su sistema de checas del horror que prepara para esta desgraciada Nación. Esta invocación a la muerte deseada, más propia de estalinistas, nazis o los millánastray, nos pone al descubierto el totalitarismo que gana terreno en la universidad española de manos de estos comunistas violentos, incultos, fanáticos y desarrapados que inundan el sistema democrático y que terminarán por arrumbarlo. ¿De qué ciencia política da clase este maestro ciruelo del terror, el engaño y la dictadura? Que se marche a Venezuela, con escala en Cuba, a seguir impartiendo clases de miseria y recibir el salario del miedo, pagado con el dinero que roban al pueblo.

Y la pobre Susana, todo un espectáculo cutre y del peor folclore barriobajero de canal sur. Quizá sus numerosos edecanes, bien pagados con dinero público, le habrán advertido como su función histriónica de la otra noche, fue una buena interpretación que quizá superaran los Morancos en uno de sus populares personajes, o la pantoja y la historia de su madre. Con el uniforme de campaña, su deseo de mandar, hacer hablar y callar a los demás, desencajada, nerviosa y ordinaria, invocando en vano el nombre de Andalucia. Todo el repertorio de lo no deseable, máxime cuando lleva dos sesiones penosas. Un desastre porque muchos llegamos a pensar en sus posibilidades de pacto con populares o de llegar a la candidatura  para la presidencia del Gobierno de España. Le falta nivel, formas y humildad. Le sobra soberbia y ambición. Ha marcado mucha distancia personal con Pedro Sánchez. Ha quedado invalidada incluso para representar al Estado en la Comunidad Autónoma. Pero la votarán. Pues eso.   
  

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